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Entrevista:

JOSÉ MARÍA SEDANO CRONISTA VITORIANO "San Prudencio es un puro contraste con el mundo"

"Alegría y buena unión", como canta el zortziko, van a acompañar a los alaveses hoy y mañana en toda la provincia, pero sobre todo en Vitoria y Armentia, donde nació el santo Prudencio, el llamado Ángel de la Paz. Es una fiesta muy antigua (figura en calendarios mozárabes) y muy actual, familiar y de amigos, y al tiempo devota y alegre, con características específicas en la música (cantos, bailes, retreta, tamborrada...) y en la gastronomía: perrechicos, caracoles, vinos de la Rioja y tarta de la ocasión, porque San Prudencio es también patrón de los pasteleros. Uno de los mayores privilegios que puede tener un alavés es ser pregonero de estas fiestas, como fue en 1981 José María Sedano, inventor y recreador de muchos de los actos festivos que se celebran anualmente en Vitoria. A Sedano se le puede definir como "cronista" porque su vida ha estado dedicada a la crónica desde Radio Vitoria y en periódicos, revistas y libros. Estudió Derecho en Salamanca, pero siempre se agarró al micrófono, desde 1953. La mayoría de sus libros están dedicados a Vitoria y sus fiestas y publica desde hace 40 años una revista anual, Gasteiz, que sale unos días antes de La Blanca. Pregunta. Hablemos de fiestas. ¿Cómo fue su invento de la bajada del Celedón? Respuesta. Hay un verso que dice: "Celedón baja a Vitoria procedente de la Gloria". Y una cuadrilla de amigos empezamos a pensar cómo representar esa idea... y al final se nos ocurrió lanzarlo desde la torre de San Miguel. Lo hicimos en 1957 y se rompió el cable. Pero ha quedado como acto simbólico del comienzo de La Blanca. P. También idearon la tamborrada en San Prudencio. R. En realidad copiamos, desde el año 1975, lo mejor que tiene San Sebastián en fiestas. Llenábamos así un vacío en la fiesta, ocupando la noche de la víspera, y parte del día siguiente, con la tamborrada infantil. Se nos achacó que fuera una copia, pero ¿por qué no imitar lo que es bueno? P. Fiesta en la que se canta al orgullo del pueblo alavés, pero, sobre todo, a la alegría y a la unión... R. Todo cuanto se celebra es una representación y un canto a la unión y a la alegría. Unión que se refleja desde nuestras viejas leyes y ordenanzas, que comienzan: "Primeramente ponemos y ordenamos que amemos los unos a los otros". Unión, participación y alegría, decía en el pregón del 81, que contrasta con un mundo en el que todo se compra, todo se pacta y casi nada se regala, ni siquiera la alegría. Ésta es la fiesta de San Prudencio, un puro contraste con el mundo, una fiesta que hay que ver para creer. P. Llama la atención la entrega al santo. R. Armentia ve pasar a miles de personas que muestran su adoración y petición al santo, porque está muy enraizado en nuestra alma. Es un santo identificado con la idiosincrasia alavesa, pero que, desde 1862, es también copatrón de Álava, Guipuzcoa y Vizcaya, como San Ignacio. Pocos espectáculos festivos pueden ser tan populares y gozosos, diría que íntimo pese a tanta gente, como la romería en Armentia y la invasión de sus campas. P. Este santo tiene el título de Ángel de la Paz. Es buen momento para tenerlo. R. Un momento muy especial, que se ha pedido durante muchos años a San Prudencio paz. Éste puede ser el año y la fiesta para recordar, ójala que para siempre. P. La fiesta comienza con la retreta. ¿Por qué? R. La solemnidad de la retreta vesperal, interpretada por atabaleros y clarineros, se celebra primero en el Ayuntamiento, desde 1901, y luego en la Diputación, desde 1926, que es donde acuden miles de personas. Hay una leyenda que dice que en la Vitoria amurallada se tocaba la retreta para llamar a los vitorianos que habían salido fuera a hacer lo que fuese. Eran los avisos que se iniciaban una hora antes del cierre de las murallas, con un toque cada cuarto de hora, hasta cinco toques. Y se dice que en la parte alta de las murallas se encendían unas antorchas para indicar a los vecinos, en la noche, el camino a seguir. Hoy se encienden cerillas o velas conmemorando el hecho. P. ¿Por qué cree que la música y la gastronomía son la esencia vital de esta fiesta? R. Porque el alavés siempre ha sido amante de la música y el canto, incluso del verso, así como de la buena mesa con productos de la tierra.

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