El PSOE asume posibles pactos poselectorales con el PP vasco, pero sin frente antinacionalista

La dirección del PSOE no tiene dudas de que su militancia puede asumir sin problemas que tras las elecciones municipales del próximo 13 de junio se alcance un acuerdo con el Partido Popular en las tres capitales vascas. Ahora bien la "contradicción" surgiría ante las aspiraciones del Partido Socialista de Euskadi de no abandonar la posibilidad de pactar con el PNV como viene haciendo en los últimos años. Los más interesados en este último acuerdo son los socialistas guipuzcoanos y vizcaínos y no tanto los alaveses cuya idiosincrasia es más españolista.

La ejecutiva federal, no obstante, acogió ayer con malestar la información que viene facilitando en este sentido el PP al asegurar que existía entre ellos un pacto oficioso para no hablar del asunto hasta que se conozcan los resultados. El candidato a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, advirtió, en todo caso, de que su partido no opta por un "frente antinacionalista contra otro españolista" pero que "ni quita ni pone rey a la hora de hablar de acuerdos tras las elecciones". El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, ha mantenido conversaciones oficiosas con el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, sobre posibles acuerdos entre sus respectivas fuerzas políticas para el País Vasco tras las municipales, según informan miembros de la dirección socialista. Se llegó al compromiso de no hablar del asunto hasta que no haya necesidad, es decir, después de las elecciones, cuando sepan cuál es la fuerza de cada uno.

Las revelaciones efectuadas por el PP en este sentido, que en el PSOE se atribuyen directamente al secretario general, Javier Arenas, han sido acogidas con malestar en la dirección socialista que lo consideran desleal y siempre con un afán electoralista. La explicación que se dan los socialistas es la de que la dirección del PP ha debido pensar que si se lanza de antemano la idea de pacto con el PSOE es posible que muchos votantes indecisos no nacionalistas puedan optar por el voto útil sabiendo que el PP es mayoritario en España y que, al final, sus sufragios irán al mismo fin. La tesis de los socialistas, sin embargo, es la de que por separado y con campañas diferenciadas los no nacionalistas obtendrán mejor resultado, según fuentes de la dirección.

Estos mismos interlocutores reconocen, además, que la opinión de sus compañeros vascos no es coincidente con la de la ejecutiva federal. Los socialistas vizcaínos y guipuzcoanos se inclinarían por pactar con el PNV y mantener los acuerdos municipales existentes en numerosas localidades vascas. Otra cosa es que los nacionalistas vascos quieran compartir proyectos con los socialistas y no formar alianza con EH y EA tal y como parece por ahora. Así, el vicesecretario general del PSE-EE, Rodolfo Ares, indicó que será "muy difícil" que los socialistas pacten con el PNV y con EA si éstos mantienen su apuesta de formalizar un pacto de legislatura con EH en el Gobierno vasco y, después del 13-J, desplazan a los electos que logre el PSE en los ayuntamientos que tradicionalmente caen del lado socialista, si bien añade que el pacto preelectoral firmado entre PNV y EA "tal vez no dé los resultados que ellos esperan". Ares subrayó que el PSE no cerrará "ningún acuerdo antes de las elecciones con nadie", informa . Su secretario general, Nicolás Redondo, se reúne hoy con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, dentro de la segunda ronda de encuentros para crear un nuevo foro de paz.

Aznar, "el belicoso halcón"

Ante este panorama Borrell optó, tras la reunión de la ejecutiva federal, por dejar abierta la puerta a todas las combinaciones posibles. Lo único que rechazó fue la posibilidad de ir a un pacto con el PP guiados por un afán de bloque. "Contra el acuerdo nacionalista la solución no es poner en contra a un supuesto bloque antinacionalista; nuestra voluntad no es la de hacer un frente sino contribuir a una solución de pluralidad". En la reunión de ayer de la ejecutiva se habló extensamente de la situación en el País Vasco y sobre todo de la guerra en los Balcanes. Borrell criticó al presidente del Gobierno, José María Aznar, por no acudir al Parlamento hasta el 5 de mayo para explicar los resultados de la cumbre de la OTAN que consideran muy aceptables. "El presidente del Gobierno español se ha convertido en un halcón y saca pecho delante de Bill Clinton , es el más belicoso del Consejo Atlántico pero en su país no comparece y no informa", criticó Borrell.