El nuevo concepto estratégico de la Alianza
La cumbre de Washington ha definido un nuevo concepto estratégico de la OTAN que amplía su carácter defensivo para incluir el derecho de injerencia humanitaria. Además de defenderse de cualquier ataque sobre el territorio de los aliados, la OTAN velará por problemas de seguridad más amplios, "como actos de terrorismo, sabotaje y crimen organizado, y los problemas en el abastecimiento de recursos vitales".
Los 19 países de la Alianza Atlántica aprobaron al término de la cumbre celebrada este fin de semana en Washington con motivo de su 50º aniversario un documento sobre su nueva estrategia. En resumen, éste es su contenido.
INTRODUCCIÓN
En los diez últimos años han aparecido riesgos nuevos y complejos para la paz y la estabilidad euroatlántica, como las situaciones de opresión, los conflictos étnicos, las dificultades económicas, el derrumbamiento del orden político y la proliferación de armas de destrucción masiva. La Alianza (...) debe salvaguardar los intereses de seguridad común en un entorno con nuevas transformaciones, muchas veces imprevisibles.
PRIMERA PARTE. EL PROPÓSITO Y LA TAREA DE LA ALIANZA
Con el fin de alcanzar su objetivo fundamental, como corresponde a una Alianza de naciones comprometidas con el Tratado de Washington y la Carta de las Naciones Unidas, la OTAN lleva a cabo las siguientes labores fundamentales de seguridad: Seguridad. Proporcionar una de las bases indispensables para un entorno euroatlántico seguro y estable, fundado en el crecimiento de las instituciones democráticas y el compromiso con la resolución pacífica de las disputas y en el que ningún país pueda intimidar o coaccionar a ningún otro mediante las amenazas ni el uso de la fuerza.
Funciones de consulta. Ser un foro transatlántico esencial, tal como dispone el artículo 4 del Tratado de Washington, para el asesoramiento de los aliados sobre cualquier cuestión que afecte a sus intereses vitales -incluyendo posibles acontecimientos que representen riesgos para la seguridad de los Estados miembros- y para la apropiada coordinación de sus esfuerzos en áreas de interés común.
Disuasión y defensa. Ejercer la disuasión y defender a cualquier Estado miembro de la OTAN frente a toda amenaza de agresión, tal como disponen los artículos 5 y 6 del Tratado de Washington.
Para mejorar la seguridad y estabilidad de la región euroatlántica:
Gestión de crisis. Estar dispuestos, según cada caso y mediante consenso -con arreglo al artículo 7 del Tratado de Washington-, a contribuir eficazmente a la prevención de conflictos y participar de manera activa en la gestión de las crisis, con la inclusión de operaciones de respuesta a la crisis.
Relaciones de asociación. Fomentar una relación de amplia colaboración, cooperación y diálogo con otros países de la región euroatlántica, con el fin de aumentar la transparencia, la confianza mutua y la capacidad de que actúen conjuntamente con la Alianza.
En los esfuerzos para cumplir sus propósitos y sus tareas fundamentales de seguridad, la Alianza seguirá respetando los legítimos intereses de seguridad de terceros países y buscará una resolución pacífica de las disputas con arreglo a lo que establece la Carta de las Naciones Unidas. (...) La Alianza no se considera adversario de ningún país.
SEGUNDA PARTE. PERSPECTIVAS ESTRATÉGICAS
(...) Naciones Unidas (ONU), la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Unión Europea (EU) y la Unión Europea Occidental (UEO) han contribuido de forma notable a la seguridad y la estabilidad de la región euroatlántica. La existencia de organizaciones que se refuerzan mutuamente se ha convertido en un rasgo fundamental del entorno de seguridad. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es el principal responsable del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y, como tal, desempeña un papel crucial en la conservación de la seguridad y la estabilidad de la región euroatlántica. (...)
La Alianza respalda por completo el desarrollo de la Identidad Europea de Seguridad y Defensa dentro de la organización, y pone sus recursos y su capacidad a disposición de las actividades dirigidas por la UEO. (...)
RETOS Y RIESGOS EN MATERIA DE SEGURIDAD
(...) Entre estos riesgos se encuentran la incertidumbre y la inestabilidad en la región euroatlántica y en torno a ella, así como la posibilidad de crisis regionales en la periferia del territorio de la Alianza, que podrían evolucionar con rapidez. Algunos países, dentro o alrededor de la región euroatlántica, afrontan graves dificultades económicas, sociales y políticas. Las rivalidades étnicas y religiosas, las disputas territoriales, la insuficiencia o el fracaso de los esfuerzos reformistas, las violaciones de los derechos humanos y la disolución de Estados pueden producir inestabilidad local e incluso regional. Las tensiones resultantes pueden provocar crisis que afecten a la estabilidad euroatlántica, sufrimiento humano y conflictos armados. Dichos conflictos podrían tener repercusiones sobre la seguridad de la Alianza al extenderse a países vecinos -incluyendo países de la OTAN- o de otras maneras, y también podrían afectar a la seguridad de otros Estados. (...)
Todo ataque armado sobre el territorio de los aliados, venga de donde venga, se abordará con arreglo a los artículos 5 y 6 del Tratado de Washington. Sin embargo, la seguridad de la Alianza debe tener en cuenta, asimismo, el contexto mundial. Los intereses de seguridad de la organización pueden verse afectados por otros peligros de ámbito más amplio, tales como actos de terrorismo, sabotaje y crimen organizado y los problemas en el abastecimiento de recursos vitales. El movimiento incontrolado de grupos muy numerosos de población, sobre todo como consecuencia de conflictos armados, también puede plantear problemas de seguridad y estabilidad que alcancen a la Alianza. (...)
LA IDENTIDAD EUROPEA EN MATERIA DE SEGURIDAD Y DEFENSA
(...) Dentro de la OTAN seguirá desarrollándose la Identidad Europea de Seguridad y Defensa. (...) Ello permitirá a todos los aliados europeos ofrecer una aportación más coherente y eficaz a las misiones y actividades de la Alianza como manifestación de nuestras responsabilidades comunes; fortalecerá la colaboración transatlántica, y permitirá que los aliados europeos actúen por su cuenta cuando sea necesario gracias a la disposición de la Alianza para poner sus recursos y su capacidad -estudiando cada caso y mediante consenso- a disposición de operaciones en las que la Alianza, como tal, no participe militarmente, bajo la dirección política y estratégica de la UEO o con arreglo a cualquier otra fórmula acordada, y contando con la plena participación de todos los aliados europeos si así lo deciden. (...)
RELACIONES DE ASOCIACIÓN, COOPERACIÓN Y DIÁLOGO
La Alianza busca activamente el establecimiento de relaciones de asociación, cooperación y diálogo, y representa, por tanto, una fuerza positiva en el fomento de la seguridad y la estabilidad en toda la región euroatlántica. (...) Rusia desempeña una función extraordinaria en la seguridad euroatlántica. Dentro del contexto del Acta Fundacional sobre Relaciones Mutuas, Cooperación y Seguridad, firmado por la OTAN y Rusia, ambas partes se comprometen a desarrollar sus relaciones a partir de los intereses comunes, la reciprocidad y la transparencia, con el fin de lograr una paz amplia y perdurable en la región euroatlántica, basada en los principios de la democracia y la seguridad mediante la cooperación. La OTAN y Rusia han acordado dar forma concreta a su compromiso común de construir una Europa estable, pacífica y unida. La colaboración firme, estable y duradera entre la OTAN y Rusia es fundamental para alcanzar un equilibrio permanente en la región euroatlántica.
La región mediterránea es una región de especial interés para la Alianza. La seguridad en Europa está estrechamente vinculada a la seguridad y la estabilidad en el Mediterráneo. El proceso de diálogo mediterráneo emprendido por la OTAN forma parte de los métodos de cooperación de la Alianza en materia de seguridad. (...)
AMPLIACIÓN
La Alianza está abierta a la entrada de nuevos miembros en virtud del artículo 10 del Tratado de Washington. Confía en invitar también, en los próximos años, a otras naciones que estén dispuestas y sean capaces de asumir las responsabilidades y obligaciones de la pertenencia a la organización, en la medida en que la OTAN determine que la inclusión de dichas naciones contribuye a los intereses políticos y estratégicos del conjunto de la Alianza, fortalece su eficacia y cohesión y mejora la seguridad y estabilidad globales de Europa. (...)
No quedará excluida la candidatura de ningún país democrático europeo cuya admisión se ajuste a los objetivos del Tratado.
CUARTA PARTE. DIRECTRICES PARA LAS FUERZAS DE LA ALIANZA. PRINCIPIOS ESTRATÉGICOS DE LA ALIANZA
El logro de los objetivos de la Alianza depende, en gran medida, del reparto equitativo de funciones, riesgos y responsabilidades -así como beneficios- de la defensa común. La presencia de fuerzas convencionales y nucleares de Estados Unidos en Europa es vital para la seguridad europea, que está inseparablemente vinculada a la de Norteamérica. (...) Para proteger la paz e impedir la guerra o cualquier otra forma de coacción, la Alianza mantendrá, en un futuro previsible, una combinación adecuada de fuerzas convencionales y nucleares estacionadas en Europa y actualizadas cuando sea necesario, aunque en la menor medida posible. (...)
LA POSICIÓN DE LAS FUERZAS DE LA ALIANZA
Las misiones de las fuerzas militares de la Alianza En su contribución a la resolución de crisis mediante operaciones militares, las fuerzas de la Alianza tendrán que enfrentarse a una enorme y compleja variedad de agentes, peligros, situaciones y exigencias, incluyendo condiciones de emergencia humanitaria. En ocasiones, las operaciones de respuesta a una crisis no incluida en el artículo 5 pueden ser tan duras como algunas misiones colectivas de defensa.
Para hacer una contribución militar eficaz es fundamental disponer de fuerzas bien entrenadas y suficientemente equipadas, con buen grado de preparación y en un número adecuado para responder a todas las posibles contingencias, así como las estructuras de apoyo, los instrumentos de planificación y los recursos de mando y control que sean necesarios.
La Alianza tiene que estar preparada también para apoyar, con recursos separables, pero no aislados, operaciones bajo la dirección política y estratégica de la UEO o cualquier otra fórmula acordada. La posible participación de Estados asociados y otros terceros países en operaciones dirigidas por la OTAN y las posibles operaciones conjuntas con Rusia serían valiosos factores para la aportación de la OTAN a la resolución de crisis que afecten a la seguridad euroatlántica. (...)
Directrices para la posición de las fuerzas de la Alianza
(...) La Alianza debe ser capaz de constituir fuerzas de mayor tamaño, en respuesta a cualquier cambio fundamental que se produzca en la seguridad. (...)
La estrategia de la Alianza no comprende la utilización de la guerra química ni biológica. (...)
Características de las fuerzas nucleares
El propósito fundamental de las fuerzas nucleares de los aliados es de carácter político: conservar la paz e impedir tanto la coacción como cualquier tipo de guerra. Seguirán desempeñando un papel fundamental con su contribución a la incertidumbre en la mente de cualquier agresor en cuanto al tipo de respuesta de los aliados a una agresión militar. Son la demostración de que ninguna agresión es una opción razonable. (...)
QUINTA PARTE. CONCLUSIÓN
Al empezar su sexta década, la Alianza del Atlántico Norte debe estar dispuesta a abordar los desafíos y las oportunidades de un nuevo siglo. El Concepto Estratégico confirma el propósito permanente de la Alianza y establece sus tareas fundamentales. Permite que una OTAN transformada contribuya a un entorno de seguridad en evolución y promueva la seguridad y la estabilidad con la fuerza de su compromiso común con la democracia y la resolución pacífica de conflictos.
El Concepto Estratégico regirá la política de seguridad y defensa de la Alianza, sus conceptos operativos, la posición de su fuerza convencional y nuclear y sus planes colectivos de defensa, y estará sometido a examen permanente con arreglo a las alteraciones en el entorno de seguridad.
En un mundo lleno de incertidumbres, sigue existiendo la necesidad de una defensa eficaz, pero, al reafirmar dicho compromiso, la Alianza seguirá utilizando todas las oportunidades de ayudar a construir un continente sin divisiones mediante el impulso y el fomento de la idea de una Europa libre y unida.
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