Sandelin supera a Jiménez y a Garrido

Los temores de Jarmo Sandelin, cercano ya a los 32 años, resultaron infundados. El jugador sueco mostró el sábado ciertas dudas sobre su hipotética victoria, recordando que en 1995, en Múnich, comenzó la última jornada con cinco golpes de ventaja sobre el segundo clasificado y acabó perdiendo. Ayer, la historia no se repitió. Sandelin partió con tres golpes sobre el irlandés Paul McGinley y eso le bastó. Realizó un recorrido menos regular que en los tres días anteriores (66 golpes en cada jornada), pero concluyó con 69 golpes (tres bajo par), suficiente para permanecer siempre en el liderato y acabar ganando el Peugeot Open de España en los links de El Prat. Fue su tercer título del circuito europeo y lo logró de forma brillante, superando a los españoles Miguel Ángel Jiménez e Ignacio Garrido, y al irlandés Paul McGinley, que compartieron la segunda posición, a cuatro golpes del campeón (271). Sandelin había ganado anteriormente el Turespaña Masters Open de Canarias en 1995 y el Open de Madeira en 1996.

La jornada resultó especialmente brillante para el golf español. Jiménez protagonizó una espectacular escalada y realizó el mejor recorrido del día (64 golpes, 8 birdies y ningún bogey). Su segundo puesto y el triunfo obtenido en el Tour España Masters en Málaga, hace mes y medio le aseguran plaza para la Ryder Cup. Garrido fue más irregular, pero mantuvo la expectación hasta que se encalló definitivamente cuando más opciones tuvo. Eso se produjo en el hoyo 12º. Garrido entró en green en dos golpes y pegó un putt largo (10 metros) para eagle (dos bajo par). La bola bordeó el hoyo y quedó a poco más de medio metro. Pero el jugador falló también aquel putt y salió a la par. Un eagle le hubiera colocado con -19, a un solo golpe del liderato. Fue también un buen día para el cántabro Juan Carlos Agüero, de 23 años, que concluyó quinto (272 golpes) y avanzó un paso más en su consolidación como profesional.

Todos estuvieron esperando el error del líder toda la jornada. Pero no se produjo. Sandelin, un finlandés de nacionalidad sueca y residente en Montecarlo, estuvo sólido y escondió hasta el final los motivos que marcaban sus pautas de conducta en todo su recorrido. Fue entonces, tras la victoria, cuando este hombre, que no goza de ninguna simpatía en el circuito por sus enfrentamientos constantes con otros jugadores y especialmente con O'Meara -al que trató de tramposo en 1997- y Phil Mickelson -con quien estuvo a punto de pegarse el año pasado-, mostró su lado más humano.

"La gente habla mucho de mi mal carácter, pero yo sólo pretendo mostrarme como soy", confesó. "Si haces cosas distintas a los demás se habla de ti. Eso es normal. Me ocurrió cuando jugué el Volvo PGA con unas botas verdes de piel de cocodrilo. Esas cosas te acaban marcando. Pero a mí me gusta concentrarme también en buscar otros objetivos además del golf. Ayer fui con mi novia, Linda, a Barcelona y el tráfico nos obligó a parar en una calle que no conocíamos. No había ni una tienda. Pero al final encontramos una y compramos cuatro camisas fantásticas", agregó.

Explicó que su primer contacto con el golf se produjo ya en Suecia, alrededor de 1974, cuando ganó varios campeonatos de minigolf. Hasta los 14 años no entró en un campo de golf. Y entonces tuvo la sensación de que había encontrado lo que andaba buscando. "Éste es mi juego. Eso es lo que yo quiero hacer", se dijo. Y comenzó a practicar. En 1987 se convirtió en profesional, tras haberlo intentado desde 1981.

Y luego tuvo que contener las lágrimas al agregar: "Mi madre murió hace dos semanas y creo que estaría muy contenta. A ella le dedico esta victoria, y la siguiente y la otra". Sandelin percibió 23 millones de pesetas por su victoria en Barcelona.