El euro cae en saco roto
Los mercados de valores europeos parecen haber roto la dependencia que mantenían unos con otros, y la del conjunto con la Bolsa de Nueva York, que parece embalada. La evolución de la economía europea sirve, según las versiones, para explicar por qué suben las bolsas, por qué bajan y hasta la indefinición de algunas sesiones. Ayer, a lo largo de todo el día había dos mercados que subían, Londres y Francfort, mientras que los mediterráneos, Madrid y Milán, bajaban. Por si fuera poca causa de desconcierto, Nueva York proporcionó argumentos para que el libre albedrío se mostrara en todo su esplendor. Poco después de su apertura, el mercado estadounidense registró una subida instantánea de más de 100 puntos, lo que consolidó las ganancias de las bolsas del norte y agudizó la inseguridad en el sur. París, que últimamente ha dejado pasar turno en el juego europeo, quedó en el centro de las decisiones con un resultado neutro.
Si hay que juzgar por la evolución de la divisa común, parece que Londres y Francfort tienen asumidos los constantes mínimos del euro, mientras que el área mediterránea se ve sorprendida. El euro cayó a un nuevo mínimo histórico, con 1,0581 dólares de cambio oficial y 1,0570 de precio más bajo en el mercado.
La contratación en el mercado continuo fue de 1.149,46 millones de euros, 191.254 millones de pesetas, la cifra más alta de la semana. Las operaciones especiales aportaron el 10%, pero aun así el esfuerzo es notable, a pesar de que los operadores no se ponían de acuerdo sobre la finalidad de las operaciones, es decir, si se trataba de una absorción de papel o de una toma de posiciones.
Nueva York dio otro salto y cerró la sesión con un avance de 145,70 puntos (1,38%) en el índice Dow Jones, que quedó en 10.727,10].
