La Fundación Dalí compra un cuadro pintado por el artista en su etapa surrealista
La Fundación Gala-Salvador Dalí presentó ayer una nueva adquisición del periodo surrealista del genio ampurdanés: el cuadro Figura y drapeado en un paisaje. El precio, que con toda seguridad supera el millón de dólares (aproximadamente 150 millones de pesetas), se mantiene en secreto para no incrementar el precio de mercado de las obras del pintor y dar pistas a futuros vendedores. Nada se sabe tampoco del vendedor. El mercado de la obra daliniana se ha convertido en una selva en la que los miembros de la Fundación Gala-Salvador Dalí se ven obligados a utilizar las argucias de la caza mayor para ganar la partida a adinerados coleccionistas privados, museos japoneses y alemanes e instituciones de primer orden, según explicaron ayer sus gestores. "Es como la caza mayor. Para conseguir la pieza hay que esconderse detrás de las ramas y atacar en el momento adecuado", ilustró ayer Joan Manuel Sevillano, gerente de la entidad. El director del museo, Antoni Pitxot, se mostró entusiasmado con la más reciente pieza abatida por sus colaboradores. "Una obra cargada de misterio y ocultación", aseguró. El óleo sobre tela, de 55 por 45 centímetros, perteneció a un miembro del grupo de selectos mecenas de la aristocracia y la cultura francesa que, entre los años 1933 y 1936, adquirió todas las obras que salían del taller del pintor. El cuadro está firmado en 1935, pero todo lleva pensar que fue pintado un año antes. Dalí falseaba a menudo la fecha para contentar las apetencias de este grupo de una docena de acólitos, reunidos bajo el nombre de Zodiaque, entre los que se encontraba el vizconde de Noailles, quien financió el rodaje de la película surrealista Un chien andalou, realizada junto al director aragonés Luis Buñuel. Sábana Pitxot relaciona el cuadro de Dalí con las formas de ocultación que tanto fascinaban a los surrealistas. El genio ampurdanés aludía a menudo a una frase de Heráclito -"A la naturaleza le gusta esconderse"-, y Pitxot asegura que la utilizaba para justificar su pudor y la tendencia general de muchos artistas de esconder sus facultades creativas. El origen de la sábana de apariencia fantasmagórica del cuadro parece sugerida por una fotografía realizada en 1932 en Port Lligat (Cadaqués), en la que aparecen Gala y el escritor René Clevel medio escondidos tras un tejido blanco. En las obras de aquel periodo abundan las figuras cubiertas con grandes telas. Figura y drapeado en un paisaje puede verse como una ilustración de las curiosas teorías expuestas por Salvador Dalí en un artículo titulado Les nouvelles couleurs du sex-appeal spectral, publicado en 1934 en la revista Minotaure. En ese texto, donde se alude al "peso de los fantasmas" y a los métodos para distinguir un fantasma de un espectro, el creador del método paranoico-crítico expone: "El envoltorio esconde, protege, transfigura, incita, tienta, da una noción engañosa del volumen (...). El envoltorio desmaterializa el contenido, el volumen, debilita la objetividad del volumen, hace que el volumen se vuelva virtual, angustioso".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.