El fiscal pide 16 años para un atracador por disparar al ex policía del "caso Snoopy"
El delincuente Dino Marcelo Miller Martínez se desdijo ayer ante la policía de sus declaraciones de hace un año y aseguró ante el tribunal que lo juzgó en la Audiencia de Barcelona que él no disparó en 1998 contra José Gilart Navarra, el ex policía que fue absuelto del doble crimen cometido en el bar Snoopy en diciembre de 1993. Gilart salvó su vida, pero quedó tetrapléjico, mudo y con respiración asistida de por vida. El fiscal acusó ayer a Miller de un delito de asesinato intentado -que es así como lo define el Código Penal- y tenencia ilícita de armas. Por el primer delito, reclamó una condena de 14 años y otros dos años y medio por el segundo. Inicialmente, el fiscal acusaba a Gilart de homicidio intentado, pero ayer agravó su calificación de los hechos al considerar que Miller actuó con intención de matar. Según la acusación pública, el móvil del crimen fue una "represalia" contra Gilart por los problemas que había tenido con la justicia y las drogas. Miller, por el contrario, afirmó que no conocía a Gilart de nada y que no tenía motivos para dispararle. Los hechos ocurrieron el 8 de mayo de 1998 en un bar regentado por Gilart en la calle de Taquígraf Garriga de Barcelona. Miller le pidió tabaco y el ex policía le señaló la máquina expendedora, a lo que el cliente sacó un billete de la riñonera. Gilart movió la cabeza negándole el cambio y Miller extrajo entonces una pistola con la que le disparó a la cabeza. El arma, marca Satar, modelo Firestar M-43, le fue intervenida por la policía a Miller cuando fue detenido. Sin embargo, el acusado explicó ayer que se la habían prestado y que pensaba devolvérsela a Ernesto Revella, un delincuente que murió en Castellbisbal el pasado 20 de septiembre en un enfrentamiento con la policía. Miller admitió, eso sí, que era un "atracador de bancos" y que el 20 de mayo tuvo "un incidente" con un policía. El agente se llamaba Javier Guerra Hidalgo, tenía 25 años y murió en un tiroteo con Miller, después de que éste atracara un banco en la calle de Sepúlveda de Barcelona. El arma era la misma. En la Jefatura de Barcelona, Miller confesó haber disparado a Gilart. "Ya tengo dos muertes y me es igual", afirma la policía que dijo. Ayer, sin embargo, afirmó que fue golpeado y que, por eso, confesó. El testigo de los hechos también lo identificó ante el juez, pero ayer dudó. "No se le pueden pedir maravillas al testigo", dijo el fiscal al recordar que el testigo también fue apuntado por Miller el día de los hechos.
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