_
_
_
_

"El abandono de la enfermería lleva a los presos a ducharse con cubos"

El informe más demoledor y contundente de los redactados por Asociación Pro Derechos Humanos de España sobre las prisiones de Madrid corresponde a la cárcel de máxima seguridad de Alcalá-Meco. Este centro cuenta con dos enfermerías, una en la zona de preventivos (que acoge a los presos que aún no están condenados con sentencia firme) y otra en la de cumplimiento (los que sí lo están). La que existe en preventivos, apunta la comisión en su informe, "es una enfermería únicamente destinada a internos con problemas psiquiátricos". "Un funcionario nos indicó que en ella sólo había enfermos mentales. Para subsanar este error del funcionario, la subdirectora médica nos dijo luego que, simplemente, eran personas con cuadros depresivos". Con todo, la imagen de la enfermería era buena: "Estaba recién pintada y bien equipada de medios y medicamentos; ofrecía el aspecto de haber sido preparada para la visita".

Más información
Quejas por la comida de los niños pequeños
"Escaso tratamiento psiquiátrico"

"Falta de higiene"

La subdirectora médico comentó a la comisión "que no era necesario visitar la enfermería de cumplimiento porque era similar a la otra". Ante la insistencia de la comisión, accedió. El panorama era bien distinto: "Tenía un aspecto deplorable e inadecuado para los enfermos. Con unas condiciones higiénicas pésimas: suciedad, colchones agujereados y sucios. Para toda la enfermería sólo hay dos cuartos de baño, llenos de humedades y moho. En ellos sólo funciona un lavabo; el otro llevaba seis meses roto e inutilizado. La falta de higiene y absoluto abandono llegaba hasta el punto de tener que ducharse los internos unos a otros con cubos de agua, toda vez que, aunque había una ducha y una bañera, la ducha estaba rota y la bañera no funcionaba porque había sido colocada allí hacía seis meses y nadie se había preocupado de instalarla". Además, en caso de una urgencia, "resulta prácticamente imposible avisar al personal sanitario y que éste acuda con rapidez". Y es que los enfermos carecen de timbre para avisar al personal sanitario. La comisión fue testigo directo: "Este grupo tuvo que estar más de diez minutos golpeando la puerta para que alguien viniera a abrirnos". Fuera ya de la enfermería, la comisión observó que "las condiciones higiénicas" de Alcalá-Meco "son lamentables: las duchas estaban rotas, muy sucias y con moho", señalan los redactores del estudio. Y agregan: "En la zona de ingreso [dependencia que cobija a los internos que acaban de llegar al centro], la basura estaba esparcida por el suelo, y las sillas y mesas, rotas y sucias.

En la entrevista que mantuvieron los redactores del informe con el director y demás responsables del centro, éstos aseguraron que todos los módulos de la prisión disponían de talleres ocupacionales y de formación. La comisión constató que no era cierto del todo. "En esta prisión únicamente hay cinco talleres con una capacidad para 100 personas, plazas que ni siquiera estaban cubiertas, y ello a pesar de que hay lista de espera para acceder a ellos".

Revela el informe que el 67% de los internos consultados pasaba más de cinco horas diarias en el patio "sin tener nada que hacer". "Esta falta de actividad es muy grave, sobre todo en el módulo de jóvenes [para reclusos de entre 17 y 21 años]. Éstos pasan los días sin hacer ninguna actividad deportiva, formativa o cultural. Ni tan siquiera", subraya el informe, "tenían un balón o juego de mesa para entretenerse". A la comisión le pareció "muy grave" que la dirección de Alcalá-Meco mantuviese aislados a 6 de los 16 internos del módulo destinado a jóvenes. Indagaron y llegaron a la conclusión de que a estos jóvenes "se les estaba aplicando de forma encubierta e indebida una sanción de aislamiento" con la excusa de que "se les tenía en periodo de observación de conducta".

Los comisionados apuntan la preocupación que invade a los internos sobre los cacheos que sufren sus familiares cuando les visitan, "llegando en ocasiones a obligarles a despojarse de camisas o sujetadores". La dirección de la cárcel se apresuró a negar esta queja. "Se nos dijo que los registros se llevaban a cabo con una especie de raqueta , y se nos invitó a pasar a la habitación donde se hallaba esa raqueta. El funcionario nos dijo que la raqueta no funcionaba, lo que claramente ratifica lo dicho por los internos".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_