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La vida de las muertes "cotidianas"

Ferran Bono

Las muertes sanguinarias y terroríficas, las que de algún modo tienen un carácter extraordinario, suelen concitar el interés de los medios de comunicación en función del dramatismo que desprenden sus imágenes. Frente a esta visión, hay otras muertes que Nadia Collette califica de "cotidianas" y de las que se tiende a huir de ellas, a pesar de su cercanía. Esta estudiante belga, afincada en Valencia desde hace siete años, se refiere a los enfermos terminales de cáncer o de sida, principalmente, que constituyen la base de un trabajo artístico, una parte del cual ha ganado un premio concedido por Bancaixa al mejor su proyecto de fin de carrera de la Facultad de Bellas Artes de Valencia. La pretensión de Collette, de 37 años, es reflejar las vivencias de esta gente. "Intento hablar de la enfermedad para valorar la vida", afirma. Su trabajo no resulta morboso ni escandaloso. Se percibe una gran complicidad y comprensión con las personas a las que ha retratado al óleo y fotografiado en gran formato. Collette ha pintado la expresión de la mirada de los enfermos y retratado sus manos, mientras realizaban alguna actividad como dibujar o "trenzar esparto". El proyecto guarda cierta similitud con la polémica publicidad de hace unos años dirigida por el fotógrafo italiano Oliverio Toscani, responsable de la campaña de una conocida firma de ropa. En la imagen se mostraba a un enfermo terminal de sida y el sufrimiento de sus familiares. Collette respeta el trabajo de Toscani, a pesar de que no comparte su finalidad publicitaria, y sostiene que "a veces es útil sacar imágenes fuertes para provocar reacciones en la gente". Sugiere que, quizá, en la actualidad, la fotografía no tendría tintes tan dramáticos. Pero las imágenes impactantes o manipuladas están al orden del día. Collette ha recibido algunos consejos, a propósito de su trabajo, en la propia Facultad de Bellas Artes orientados a retocar sus fotografías y hacerlas más fuertes. Su intención es otra. En su trabajo artístico, que pretende mostrar en una exposición denominada Huellas del tránsito, anida también un propósito terapéutico. No en vano, colabora en varias entidades de ayuda a los enfermos de sida aplicando técnicas de expresión plástica, una disciplina terapéutica muy extendida en Europa. "Se sienten valorados y muy útiles", asegura uno de los enfermos. Llama la atención el uso de colores llamativos en la representación del dolor de una ex heroinómana, enferma de sida, que pinta el caballo "con un color sucio". La representación del dolor, pero sobre todo la manifestación de la vida cuando la muerte está próxima son objetivos principales del reciente trabajo de Collette, quien dice estar interesada por la representación artística vinculada directamente a la sociedad. Fue una de las promotoras de la exposición fotográfica sobre el conflicto en La Punta. A través de trabajadores de la unidad de ciudados paliativos del Hospital de la Malvarrosa, Collette entró en contacto con los enfermos, que se mostraron dispuestos a colaborar. Alguno de ellos ha muerto. Collette estableció un diálogo con los enfermos mientras éstos se expresan con sus manos. Más tarde conversaban y así surgieron las reflexiones a modo de declaraciones que se intercalan entre las fotografías.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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