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Bono se suma a Zaplana y Ruiz-Gallardón para imponer a Fomento su tren de alta velocidad

El socialista José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, se sumará hoy al grupo de presión que los dirigentes populares Alberto Ruiz-Gallardón (presidente de la Comunidad de Madrid) y Eduardo Zaplana (Valencia) crearon hace un año para imponer al Ministerio de Fomento sus ideas ferroviarias. Zaplana, Ruiz-Gallardón y, ahora, Bono han decidido el tipo de enlace entre las tres regiones (alta velocidad, y no velocidad alta, como quería Fomento), y los plazos de ejecución del proyecto: en septiembre, el trazado definitivo; un año después, la licitación y adjudicación de las obras. Así se establece en el protocolo de colaboración que firman hoy los tres presidentes.

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El documento tiene un título campanudo: Protocolo de cooperación entre la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana para la coordinación de actividades de interés conjunto en orden a la realización del tren de alta velocidad Madrid-Comunidad Valenciana. Los tres presidentes autonómicos firmarán hoy el manifiesto, primero en Valencia (10.30) y después en Madrid (13.00), en el que evitan precisar cómo se financiará el proyecto. Los dirigentes madrileños y valencianos sólo detallan que Bono no quería financiar las obras con sus presupuestos regionales y así será. El resto es todavía una incógnita. El trazado está en estudio.Hacer un pasillo ferroviario de alta velocidad entre Madrid y Valencia cuesta 400.000 millones de pesetas, el doble que un corredor de velocidad alta. La diferencia entre uno y otro es de 130 kilómetros por hora (de 220 de la velocidad alta se puede llegar hasta los 350 con la alta velocidad).

Fomento garantiza 200.000 millones para las vías. Y Ruiz-Gallardón y Zaplana, el resto. Aunque aún no han detallado si el dinero necesario saldrá de los presupuestos regionales o de aportaciones privadas.

Lo que sigue es un resumen de los apartados principales del documento que han negociado durante los últimos meses los consejeros de las tres comunidades y que hoy firmarán los tres presidentes.

Igual que Sevilla y Barcelona. Bono, Zaplana y Ruiz-Gallardón consideran que "el papel de vertebración territorial que desempeña el eje de alta velocidad Sevilla-Madrid-Barcelona debe de ser complementado con un segundo eje que vincule las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Valencia". Así, según señalan, "las ciudades podrán acceder a las ventajas territoriales que supone la alta velocidad, evitando situaciones de desequilibrio y de asimetría en las condiciones de competitividad y de calidad de vida entre los diversos ámbitos que conforman" España.

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Rapidez y autonomía. Las tres comunidades colaboran para acelerar los plazos de construcción de la línea de alta velocidad, así como para "conseguir que el trazado elegido sea, en la medida de lo posible, el óptimo a la vista de las políticas de desarrollo territorial y de protección medioambiental que tales comunidades desarrollan en el marco de sus competencias propias".

Características técnicas. Por si Fomento no se había enterado aún, los tres presidentes autonómicos aclaran que con la colaboración de las tres comunidades "permite avanzar en la concertación de propuestas concretas de cara a la selección de trazados y características técnicas del proyecto, proponiendo soluciones conjuntas al Ministerio de Fomento para acortar los plazos".

Compromiso irrenunciable. Bono, Zaplana y Ruiz-Gallardón consideran "irrenunciable" la implantación de "un sistema ferroviario de Alta Velocidad", según han escrito en el protocolo de colaboración. "Para ello", recalcan los dirigentes regionales, "la solución idónea es el establecimiento de servicios con un nivel de prestaciones completamente análogas a los que funcionan entre Madrid y Sevilla y los que unirán Madrid y Barcelona".

Plazo "más breve posible". La estipulación segunda del documento que firmarán hoy los políticos es muy ambiciosa: "La nueva línea de Alta Velocidad deberá ejecutarse en el plazo más breve posible. Las tres comunidades impulsarán todas las fases subsiguientes del proceso administrativo necesario para que las obras puedan comenzar durante el año 2000". Fomento recordó ayer que los estudios informativos encargados hace meses aún no han concluido y, por tanto, no se puede garantizar ningún plazo para la ejecución de la nueva línea ferroviaria. El manifiesto de los presidentes autonómicos insiste en marcar fechas y comprometerse a "concluir en el plazo más breve posible los estudios de la totalidad del trazado que permitan su publicación en septiembre de 1999".

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