El Museo del Agua de Callosa d"En Sarrià supera el millar de visitantes
El Museo del Agua de Callosa d"En Sarrià (La Marina Baixa) ha recibido el mejor bautismo posible dos semanas después de su inauguración. Más de un millar de visitantes de las fuentes del Río Algar, en cuyas inmediaciones se halla el museo, han contemplado una muestra con un enfoque eminentemente didáctico que aspira a acoger excursiones de colegiales de toda España.
Ubicado en la antigua Casa del Partidor, donde vivían el ingeniero y los operarios de la antigua central eléctrica de Callosa, el museo muestra los usos del agua desde cuatro perspectivas, con la ayuda de paneles y maquetas. La ubicación de los elementos patrimoniales (pozos, presas, ríos) en la comarca de La Marina Baixa constituye el corazón de la exposición y al mismo tiempo da la bienvenida al visitante. La experiencia se realiza con un ordenador que ofrece información sobre estos elementos a través de una pantalla táctil. Cuando se selecciona un hito hidrológico (por ejemplo, el río Algar) su situación aparece señalada por un láser proyectado sobre una maqueta de la comarca, al tiempo que en el monitor aparecen datos de interés. La visita continúa en la parte dedicada al uso histórico del agua. Las maquetas muestran los ingenios del pasado para conducir y utilizar el agua, como los acueductos romanos, los baños árabes y el riego por acequias. Todas ellas están basadas en yacimientos arqueológicos reales de la Comunidad. Escaleras arriba espera la tercera parte, que reproduce usos autóctonos del agua como los lavaderos, los pozos de nieve o las norias de tracción animal. Por último se ilustra el uso industrial del elemento con la reproducción de presas, depuradoras y una explicación de las técnicas para el trasvase entre cuencas. Para la concejal de Cultura, María del Carmen Espasa, la apertura del museo supone el final de un camino iniciado en 1995, cuando se presentó el proyecto y fue aprobado por el último Consell socialista. Casi todo el presupuesto se empleó en la restauración de la Casa del Partidor y la Casa de Máquinas, y no quedó dinero para dotar al museo de contenido. El Consistorio decidió esperar a conseguir subvenciones para poder montar la exposición. La colaboración del Ceder Aitana (Centro de Desarrollo Rural), fue fundamental para conseguir los 15 millones necesarios para materializar el diseño del arqueólogo José Antonio López. El presupuesto global fue de 100 millones.
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