El escaparate nacional

Recuperados de una gripe y de una lesión, respectivamente, Mikel Zarrabeitia y José María Jiménez, ausentes en la Vuelta al País Vasco, reintegraron el pelotón en Amorebieta para completar un cartel de notables que reunió a todos los españoles con capacidad para pesar en el ciclismo Mundial. Por turnos, todos se asomaron en cabeza durante las seis ascensiones que jalonaban el recorrido, como en una exhibición del producto nacional enfrentado a la élite Mundial (Jalabert, Pantani, Rebellin, Virenque, Ullrich). La base es sólida, la morfología similar: dominan los escaladores, escasean los ganadores natos capaces de expresarse alto y claro en pruebas de un día. En ese sentido, el ciclismo español se presta a escasas evoluciones. En el fondo el problema tiene bastante que ver con la cultura del desprecio a las pruebas de un día en detrimento del culto a las grandes vueltas. Zarrabeitia, Cuesta, Heras, Escartín, Casero, Jiménez, necesitan invariablemente un puerto serio de montaña para sacar partido a sus cualidades. Lejos de ese elemento, interpretan con dificultad recorridos no necesariamente desaconsejables para su potencial. Domínguez, Txente García, Olano (antes de especializarse para afrontar recorridos de tres semanas) y Etxebarria mantienen las condiciones necesarias para interesarse por la victoria en cualquier escenario ondulado. Sobre todo éste último, alumbrado por el ejemplo de su compañero Jalabert, el modelo perfecto. Clasificaciones: 1º R. Heras (Kelme) 4h55m18s. 2º D. Rebellin (Polti) m.t. 3º D. Etxeberria (ONCE DB) 4º L. Jalabert (ONCE DB) m.t.