Las obras del metro se toparon con 90.000 litros de queroseno en su camino a Barajas
Una mancha de queroseno descubierta en el subsuelo de Barajas activó las alarmas de la Consejería de Obras Públicas y Transportes. Cuando este departamento se disponía, en mayo de 1998, a arrancar una de las tuneladoras para ejecutar el tramo Pueblo de Barajas-Aeropuerto (1.442 metros de túnel) se topó con 90.000 litros de queroseno y frenó. El combustible correspondía a filtraciones de unos tanques que la Compañía Logística de Hidrocarburos tiene para abastecer a los aviones. Una firma holandesa limpió el subsuelo para arrancar la tuneladora sin peligro.
El Gobierno regional nunca informó sobre el contratiempo. Ni en conferencia de prensa ni en comparecencia parlamentaria. "Pretendimos evitar la alarma", responde ahora el consejero de Obras Pública, Luis Eduardo Cortés. "Cuando descubrimos que una mancha de queroseno de unos 500 metros de longitud impregnaba el subsuelo de Barajas por el que debía pasar la tuneladora decidimos detener los trabajos y emprendimos la limpieza y descontaminación de los terrenos", señala.En junio de 1998, el consejero Luis Eduardo Cortés anunció el comienzo inmediato de las obras para unir por túnel el pueblo de Barajas con la terminal del aeropuerto. Un proyecto financiado en un 80% con fondos de la Unión Europea.
La tuneladora La Chata, que había ejecutado hasta mayo de 1998 más de 3.600 metros de subterráneo para ampliar la línea 4 del metro, ya estaba en el distrito de Barajas dispuesta a seguir haciendo pasillos subterráneos en la línea 8.
Pero los trabajos no se iniciaron hasta el 13 de octubre, casi cuatro meses después de lo previsto por la Consejería de Obras Públicas. Durante ese tiempo, la empresa holandesa Frugo, "una de las mejores del mundo en su especialidad", según Cortés, retiró el peligroso líquido del subsuelo mientras que otras sociedades estadounidenses y alemanas junto a las empresas españolas contratadas para la ampliación del metro controlaban el proceso.
Perforación de pozos
Los 90.000 litros de queroseno del subsuelo salieron a la superficie tras un trabajoso sistema que a través de numerosos pozos muy estrechos (20 centímetros de diámetro y 20 metros de profundidad) perforados en el lugar introducía aire a presión. Después se aspiraba por otros pozos próximos todo el líquido que estorbaba hasta dejar el terreno seco y listo para la intervención de la tuneladora.El ingeniero de Caminos Manuel Melis, director general de Infraestructuras de la Comunidad de Madrid y presidente de Metro, cree que la balsa de queroseno se había formado en el subsuelo como consecuencia de las filtraciones ocurridas durante muchos años en los tanques que la Compañía Logística de Hidrocarburos, dependiente del Ministerio de Industria, tiene en la zona. "Esos tanques se construyeron en los años sesenta, y es normal que durante todo este tiempo se haya producido alguna filtración", explica Melis. "Pero 90.000 litros no es una cantidad que pueda considerarse alarmante, es una mancha sin importancia", remarca el presidente de Metro.
Cien sensores
Una vez retirado el combustible del subsuelo, arrancó la tuneladora cargada de precauciones. "Pusimos unos 100 sensores en la máquina para detectar cualquier elemento volátil", señala.El resto de la historia constructiva de este tramo de subterráneo es menos inquietante. La obra del túnel de 1.442 metros comenzó el 13 de octubre de 1998 y finalizó en febrero de este año.
El director general de Infraestructuras, Manuel Melis, recuerda que la constructora encargada de este tramo, Dragados, efectuó un tratamiento de sellado especial en el interior del túnel para evitar que futuras filtraciones de queroseno en el subsuelo de la zona pudieran afectar al funcionamiento de la línea de metro.
Esos trabajos especiales de revestimiento de las paredes del túnel han costado, según Manuel Melis, unos 800 millones de pesetas. En total, la factura adicional que se ha pagado por culpa de la mancha de queroseno asciende a 2.000 millones de pesetas.
El consejero de Obras Públicas asegura que la Compañía Logística de Hidrocarburos correrá con todos los gastos. "El consejero de Economía, Luis Blázquez, está negociando con CLH un convenio para resolver la financiación de estas obras adicionales".
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