Apagar la máquina

Las instancias ciclistas deberían contemplar en sus reglamentos el derecho a la eutanasia de aquellas pruebas que, aun en vida, discurren sin ritmo cardiaco. Esta vuelta, por ejemplo. Aquí no ocurre nada que el ONCE-Deutsche Bank, el equipo del líder Jalabert, no pueda controlar en corto o a distancia. Su trabajo agota a todos, a trabajadores y pasajeros. Pero no agota el espectáculo, que corresponde interpretar a otros. El problema es de carácter, por exceso y por defecto. Excesivo y legítimo el control del ONCE. Insuficiente por inexistente el de los aspirantes. Nadie que no vista de amarillo está dispuesto a asomarse fuera del grupo, historia de comprobar las fuerzas propias, no las ajenas, puesto que la unanimidad ha convertido a éstas en infinitas. Por miedo, pereza o apatía, la prueba languidece. De su última jornada, hoy, con un programa doble, sólo cabe esperar detalles de la contrarreloj. La incapacidad puede ser un objetiva pero inaceptable sin demostración empírica. Como nadie lo ha intentado, nadie lo sabe. La fuga exitosa de un trio (los italianos De Paoli y Secchiari y el vencedor, el holandés Moerenhout), permitida y alentada por el ONCE, debería provocar colas entre los modestos para atacar de salida en el sector matutino. Si todo el movimiento de la prueba acaba por resumirse en la ascensión al alto de Leaburu en la primera etapa y a los 8,7 kilómetros de la cronoescalada final, alguien debería haber neutralizado la carrera. O mejor, apagado la máquina. Clasificaciones: 4ª etapa (Vitoria-Lekumberri): 1º K. Moerenhout (Rabobank) 5h22m47s. 2º F. Secchiari (Saeco) a 28s. 3º D. De Paoli (Amica) m.t. 4º G. Figueras (Mapei) a 1m32s. 7º L. Jalabert (ONCE) m.t. 8º D. Rebellin (Polti) m.t. General: 1º L. Jalabert (ONCE DB) 18h37m39s. 2º D. Rebellin (Polti) m.t. 3º B. Fernández (Euskaltel) a 21 s. 4º U. Bölts (Telekom) a 32 s. 11º M . Pantani (Mercatone) m.t. 15º I. Chaurreau (Euskaltel) m.t. 17º T. Del Olmo (Euskaltel) m.t.