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El billete sencillo del metro a Arganda cuesta un 44% más que el servicio en autobús

La prolongación de la línea 9 del metro hasta Rivas-Vaciamadrid y Arganda del Rey se inaugura hoy inmersa en una viva polémica sobre sus tarifas. Los usuarios del primer tramo del metro que rebasa el término municipal de Madrid podrán utilizar el abono mensual de transportes, como en cualquier otra modalidad de transporte público; sin embargo, en el caso de que se inclinen por el billete sencillo, tendrán que depositar 410 pesetas en la taquilla para ir a Arganda, frente a las 285, un 43,8% menos, de los autobuses que salen de Conde de Casal hacia ese municipio.

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La subida es mayor o menor en función de la voz que se encargue de analizarla. El consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, recalcó que el precio referido también incluye el aprovechamiento de toda la red de Metro de Madrid. Como el billete sencillo en el suburbano cuesta 130 pesetas, puede sacarse la conclusión de que viajar de Madrid a Arganda en metro es un duro más barato que en autobús: 410 pesetas, menos las 130 de toda la red del metro, arroja un saldo de 280 pesetas de coste real del servicio más allá de la linde capitalina.La lectura de la izquierda regional es distinta. Tanto Fernando Abad (PSOE) como Juan Ramón Sanz (IU) coincidieron ayer en tildar de "escandalosa" la tabla de precios aprobada para el nuevo servicio. Abad aseguró que las tarifas "constituyen un monumental fiasco para unos ciudadanos que han estado muchos años esperando la llegada del metro", mientras que Sanz pronosticó que "semejante aberración" se traducirá en una utilización "mínima" de la línea. Ambos sugirieron a Cortés que "recapacite" y corrija los precios antes de que sea tarde.

El consejero de Obras Públicas y presidente del Consorcio Regional de Transportes no cree que haya nada que rectificar. A su juicio, hablar del billete sencillo es "buscarle los tres pies al gato y falsear la realidad", ya que su utilización es mínima. "Apenas el 2% de los usuarios se decanta por este título de transporte. Es un billete excepcional, que sólo utilizan turistas o curiosos que quieren ver cómo han quedado las obras", subrayó. Y remachó: "El usuario habitual tiene el abono de transporte en el 90% de los casos y disfrutará del beneficio de entrar en el corazón de Madrid sin transbordos". La cifra parece algo exagerada ateniéndose a los últimos estudios sobre hábitos de transporte del propio Consorcio, donde el porcentaje de viajes con abono ronda el 62% del total.

Precio disuasorio

En cualquier caso, y según esta lectura, esas 410 pesetas del viaje entre Madrid y Arganda del Rey (a 27 kilómetros de la Puerta del Sol) son un importe disuasorio para "penalizar" al viajero ocasional y "favorecer" el desarrollo del abono de transportes, del que el año pasado se vendieron 10.972.608 cupones (un 4,7% más que en 1997). Lo mismo se argumentó cuando el billete sencillo del metro y la EMT subió de golpe a 130 pesetas, un precio en el que, no obstante, permanece sin variación desde hace ya más de cuatro años. "Es cierto. En algún momento habrá que volver a subir ese billete de forma espectacular", admitió Cortés. "En el metro a Arganda, al ser un servicio nuevo, hemos podido aplicar un precio disuasorio desde el primer momento", añadió.La oposición no tiene tan claro que la severidad tarifaria que propugna Cortés con el billete unitario vaya a afectar a tan pocos usuarios como dice. "Hablar de un 2% de usuarios del billete sencillo es, simple y llanamente, ciencia ficción", apuntó ayer el socialista Abad, "porque la realidad la empezaremos a conocer mañana [por hoy]". Este parlamentario pronosticó: "Con estos precios, muchos vecinos de Arganda y Rivas tomarán la decisión de continuar fieles al autobús o, lo que es peor, al vehículo privado, en lugar de plantearse la alternativa del metro".

Abad recordó que el viaje en cercanías a un municipio de la corona B3 (igual que Arganda) cuesta 315 pesetas y también permite cruzar la ciudad a través del eje Atocha-Chamartín, el denominado túnel de la risa.

A parecidas conclusiones llegó Sanz, de IU. "Con esos precios disparatados se deja de lado a esa población que no se desplaza a diario a Madrid, pero debe acudir cinco o seis veces al mes a temas puntuales: gestiones, consultas médicas o cosas así", explicó. Y añadió: "Incluir en el precio del billete el coste del viaje en el metro de Madrid equivale a obligar a pagar una cosa con independencia de que se vaya a usar o no".

Cortés respondió en clave política. "La ampliación del metro ha sido un éxito y el PSOE e IU buscan cualquier resquicio para la crítica. Es lícito, pero yo también sé lo que es hacer la oposición y nunca la he hecho así".

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