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El director del Museo Arqueológico alerta sobre los déficit del centro

Jacinto Antón

El Museo Arqueológico de Cataluña (MAC), con sede en Barcelona, atraviesa una crisis que amenaza la continuidad de su actual equipo gestor, encabezado por Francesc Tarrats. El director, que accedió al cargo hace dos años, ha expresado al Departamento de Cultura de la Generalitat, del que depende el museo, su preocupación por la poca atención institucional hacia las necesidades del centro, y ha pedido mayor autonomía para poder desplegar los proyectos encaminados a la modernización del mismo. Paralelamente, el director ha debido afrontar críticas de los funcionarios y hasta una denuncia. "El problema básico es un modelo administrativo que dificulta cualquier despliegue enérgico de un museo que necesita precisamente eso: un despliegue enérgico", dijo ayer Tarrats a este diario. "El museo sufre un corsé administrativo que obstaculiza cualquier maniobra para dinamizarlo. Con el marco rígido en que nos movemos, resulta difícil equilibrar la plantilla de personal y emplear nuevas fórmulas para proyectos. Mi advertencia a la Administración era obligada: he señalado unas trabas que hay que superar. El museo precisa de una autonomía real y de un incremento de la atención de la Administración". Precisamente, Tarrats recordó que se le encargó una redefinición del museo y su despliegue. "Creo que era necesario dar un toque de atención, porque la situación del museo es totalmente deficitaria". Tarrats recalcó que sus reivindicaciones no significan que en el tiempo que lleva de director no se haya hecho nada. "Muy al contrario, ahora disponemos de planes directores de todas las sedes. Además, hemos llevado a cabo una iniciativa como la de la Ruta de los Iberos, que nos ofrece un trampolín excepcional para ejercer la idea de museo aglutinante, cohesionador, de lugares arqueológicos de todo el país. Ahí está la exposición El graner de l"Empordà; y la nueva propuesta didáctica de Ullastret, que ha llevado en un fin de semana al yacimiento a un público equivalente al 10% del que lo visitó durante todo el año pasado. Estamos haciendo cosas, pero partimos de una situación muy desestructurada. Es necesario reconceptualizar el museo; para ello, se necesita maniobrabilidad". Publicaciones al agua Para Tarrats, un síntoma del malestar que han provocado entre algunos funcionarios "inmovilistas" del museo sus impulsos renovadores ha sido el caso de los libros. El 7 de enero pasado, fueron lanzados a un contenedor y destruidos con agua varios millares de ejemplares de publicaciones científicas almacenadas en el museo. "La iniciativa no fue mía, sino del responsable del almacén. El caso es que era necesario despejar zonas del museo para realizar obras que permitieran, por ejemplo, situar las áreas de laboratorios de apoyo a la investigación. Llenamos otros 11 contenedores de pura basura. En cuanto a las publicaciones, algunas llevaban 36 años pudriéndose literalmente en el almacén. De todas nos hemos quedado los ejemplares suficientes, y destruir los restantes tiene una lógica igual que la que aplican las editoriales sin que nadie se escandalice". No obstante, Tarrats ha tenido que hacer frente a una denuncia ante la fiscalía por destrucción de material científico.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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