Ignacio Ipiña cataloga sus cuadros sobre la industria de la ría del Nervión
A lo largo de más de cuatro años el pintor bilbaíno Ignacio Ipiña ha llevado a sus cuadros el paisaje industrial que rodea la ría del Nervión. Una selección de 60 pinturas sobre este tema han sido reunidas en la publicación Testigos de un paisaje industrial. "Me interesaba porque en estos paisajes entran tres elementos fundamentales: la ciudad, la fábrica y la naturaleza", dice el autor.
Con los paisajes sobre la ría de Bilbao Ignacio Ipiña rompió el deseado aislamiento de su pintura. En 50 años de dedicación a la creación artística nunca había querido exponerla al público y menos, afirma, "con intención de venderla". Su actividad profesional en la empresa privada y en cargos de la Administración pública, entre ellos dos legislaturas como viceconsejero de Urbanismo del Gobierno vasco entre 1986 y 1994, dejaron su pintura en el ámbito privado hasta que el pasado mes de febrero decidió sacar su trabajo a la luz pública en una exposición en Bilbao. "No he expuesto antes porque he tenido otras misiones", asegura Ipiña. Más de 60 obras El catálogo Testigos de un paisaje industrial recoge una muestra más abundante de sus pinturas que las elegidas para la exposición. Son en total una sesentena de obras ordenadas en cuatro apartados: Totems para una ría, Templos de acero, Oxido y pueblo y Ría de metal. Ipiña no quiso dejar en manos de un comisario la selección de las obras catalogadas.El pintor se encargó personalmente de elegir entre más de su abundante producción -más de un centenar de pinturas- relacionada con la actividad industrial y portuaria a orillas de la ría del Nervión. "Lo tenía que plasmar en mi pintura", explica Ipiña, "porque es un paisaje industrial en vías de desaparición". El pintor cree que el concepto de paisaje industrial es dificil de definir, a pesar de ser un término recurrente en muy diferentes ámbitos. "Es una referencia poco concreta. A mí me interesaba pintar paisajes industriales porque en ellos entran los tres elementos del pueblo o la ciudad, la fábrica y la naturaleza, y permite combinarlos entre sí", precisa el autor. El paisaje ha sido uno de los temas fundamentales en la larga trayectoria pictórica de Ipiña. De su trabajo, el artista Agustín Ibarrola dice que es tan bueno como desconocido. "Ipiña, con más de 50 años de experiencia, ha permanecido al margen de las galerías de comercio del arte y también de los libros que tratan de los principales y de los genios", añade Ibarrola en las páginas del catálogo. "Ipiña suele aparecer con mucha frecuencia en los lugares más diversos de nuestro paisaje de la ciudad, la industria, el campo o la mar. Se asoma tras su caballete y grandes lienzos con ropas de trabajo pintadas de colores. A ras del ala de su sombrero de tela se percibe una mirada que va más allá de los espacios y de los ambientes del natural". Cada uno de los capítulos en los que se han ordenado las pinturas va acompañado de un poema que hace referencia al potencial estético del entorno de la ría del Nervión. Los poemas seleccionados por Ipiña para acompañar a sus pintura son obra de Blas de Otero, Blanca Sarasua, Javier de Bengoechea y Gregorio San Juan.
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