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Los camioneros portugueses vuelven a la huelga en demanda de aumentos salariales, congelados desde 1997

Los camioneros portugueses iniciaron en la madrugada de ayer una huelga indefinida para exigir un aumento de sus salarios, congelados desde 1997. El impacto del primer día de protesta fue menor de lo previsto debido a la estrategia del Gobierno socialista que permitió la circulación de los transportes de combustibles durante el fin de semana, sujetos a unas severas restricciones en esas fechas, con el fin de evitar el colapso en los puestos de abastecimiento, como ya ocurriera el verano pasado. La experiencia de la huelga del pasado mes de julio sirvió para prevenir problemas de abastecimiento como entonces. Los sindicatos prevén una alta adhesión a la huelga en un sector en el que hay 4.000 empresas y 20.000 trabajadores.El Gobierno de Antonio Guterres autorizó la citada medida de emergencia y las compañías petroleras aprovecharon el fin de semana para llenar las gasolineras, lo que evitará problemas de abastecimiento en los próximos tres o cuatro días. El dirigente de la Federación de Sindicatos del Transporte (Festru), Amável Alves, denunció ayer las maniobras del Gobierno y las presiones de la patronal, que "dio órdenes a todos sus trabajdores para que abastecieran todos los puestos de la red nacional de combustible durante el fin de semana, llenasen sus cisternas y dejasen los vehículos en cada una de sus empresas". "Durante los últimos cuatro días", explica Alves, "las compañías petroleras han amenazado a los trabajadores del transporte con impedirles la entrada en sus instalaciones si se adherían a la huelga", una medida de protesta que pretende una revisión salarial paralizada desde hace tres años.

Los sindicatos del transporte, mercancías peligrosas y distribución internacional reclaman un aumento del salario que no sobrepasa los 60 euros (10.000 pesetas, y actualmente está en torno a las 85.000 pesetas) y un complemento de riesgo que rondaría los 120 euros (20.000 pesetas) en el caso de mercancías peligrosas. La patronal sostiene que las reivindicaciones de los camioneros suponen, "una vez hechas las cuentas, un aumento del 33%, lo que es insoportable para cualquier empresa". La patronal suspendió las negociaciones con los sindicatos hace 15 días, cuando éstos decidieron anunciar la convocatoria.

La huelga de julio provocó serios colapsos en el abastecimiento de combustible e impidió la circulación de camiones españoles por Portugal durante casi una semana. La medida paralizó el trabajo en numerosas fábricas, especialmente de vehículos. El Gobierno tuvo que adoptar medidas de emergencia para que los componentes se enviasen por vía aérea y marítima.

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