Homenaje al trabuco

Cuenta la historia que José María, El Tempranillo, famoso bandolero andaluz del siglo XIX, tuvo que refugiarse en cierta ocasión durante nueve días en una casa de El Gastor, una localidad ubicada en plena serranía de Cádiz, donde le dieron cobijo cuando iba huyendo de las fuerzas del orden público que le buscaban tras una de sus correrías. Esa casa es hoy su museo. Vueltas que da la historia. El bandolerismo que antaño sembraba la intranquilidad y el desasosiego por los caminos de la sierra gaditana se ha convertido hoy en uno de los mejores reclamos turísticos con la reciente inauguración de este museo sobre la vida del más temible y conocido de los bandoleros que asolaron el lugar durante la primera mitad del siglo pasado. La idea del Ayuntamiento de El Gastor de homenajear a este bandolero se materializó tras la compra por 3,5 millones de pesetas de la casa de dos plantas que hoy alberga a este peculiar museo. La ayuda de la Junta de Andalucía que, a través de la Consejería de Turismo y Deportes, aportó otros 15 millones para la rehabilitación del inmueble y su posterior equipamiento fue fundamental para el desarrollo de esta iniciativa a la que todavía le queda una interesante segunda parte. Ahora, El Gastor, una localidad ubicada en la llamada Ruta de los Pueblos Blancos y en la que viven algo más de 2.000 habitantes, tiene un atractivo más para el visitante. El proyecto que barajan ahora distintas poblaciones de la comarca y que podría estar en marcha el próximo año es la creación de una ruta del bandolerismo a caballo que pasaría por Olvera, Torre Alhaquime, El Gastor y Grazalema, donde se encuentran los caminos que más frecuentaban El Tempranillo y su banda en el ejercicio de su "actividad profesional". La nueva ruta sería la continuación de la ya establecida en Córdoba, su tierra natal. Este bandolero estaba muy ligado a la sierra de Cádiz ya que, aunque nació en una aldea de Lucena el 21 de junio de 1805, su mujer y su hijo eran naturales de Torre Alhaquime y se encuentran enterrados en Grazalema. Se comenta que, además, tuvo numerosos romances con varias mujeres de estos pueblos. El museo está siendo ya conocido por multitud de visitantes que, atraídos por su singularidad, se han acercado a El Gastor para saber más acerca de la vida de El Tempranillo. La primera planta está reservada a la vida rural con una gran diversidad de aperos de labranza de la época, mientras que en la gran sala dedicada a la figura del bandolero se puede encontrar, además de una amplia explicación sobre su vida y sus hazañas más famosas, numerosas armas y utensilios que eran usados por estos personajes en los cortijos y campos de la serranía gaditana. Una de las andanzas más conocida de El Tempranillo tuvo lugar en la localidad campogibraltareña de Los Barrios, en 1831, cuando acudió en ayuda de don Salvador Manzanares un noble opositor al gobierno de Fernando VII. Gracias a la actuación del afamado bandolero contra las tropas realistas, los opositores pudieron retirarse de su motín en Los Barrios y refugiarse en Sierra Bermeja. El Tempranillo, no obstante, acabó sus días como comandante del escuadrón de protección y seguridad pública de Andalucía tras acogerse a un indulto real junto a otros compañeros. José María murió en 1833 a manos del bandolero Barberillo, que le disparó su trabuco hiriéndole mortalmente cuando intentaba apresarle.