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FÚTBOL 28ª jornada de Liga

Björklund desnivela un mal partido

El Valencia juega muy mal pero vence en el Sardinero ante un deficiente Racing

Björklund desniveló de cabeza un partido infame en el que el Valencia exprimió una defensa muy fuerte para sobrevivir entre los mejores del campeonato. El equipo de Ranieri jugó tan mal que hasta le falló la velocidad de Piojo, pero en el otro costado estaba el Racing, metido en una crisis considerable. Cómo quería ganar el encuentro el Racing si no disparó entre los tres palos hasta el minuto 86. Fue Magallanes, con la izquierda, y respondió bien Cañizares. El equipo cántabro ha perdido sus últimos tres partidos de Liga. Y eso se nota.Trancurrida media hora de juego, podía concluirse sin temor a exageración que el fútbol había pasado a mejor vida en el campo del Sardinero, convertido el encuentro en una sucesión de pifias, faltas, pérdidas casi instantáneas del balón y obcenidades varias. Las defensas, expeditivas; los centros del campo, inexistentes; las delanteras, aburridas de chocar contra sus oponentes. Y si como dijo Guardiola, la velocidad en la circulación del balón es la madre del buen fútbol, la categoría de padre debería ser otorgada a la precisión, cualidad ilocalizable ayer en el césped santanderino, donde la pelota era tratada como un trapo.

RACING 0

VALENCIA 1Racing de Santander: Marcos; Tais, Mellberg, Arzeno, Sietes; Víctor, Vivar Dorado, Shustikov, Amavisca; Bestchastnykh (Salva, m. 61) y Munitis (Magallanes, m. 82). Valencia: Cañizares; Angloma, Carboni, Roche, Björklund, Angulo; Mendieta, Schwarz (Juanfran, m. 71), Farinós; Ilie (Popescu, m. 87) y Claudio López (Vlaovic, m. 91). Goles: 0-1. M. 80. Björklund cabecea a gol tras un córner lanzado desde la izquierda por Ilie. Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Angloma, Amavisca, Schwarz, Sietes, Ilie, Claudio López. Unos 17.000 espectadores en el estadio del Sardinero.

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Así hasta que, cansados de presionar unos y otros, de perseguirse unos a otros y de destruirse, el partido se abrió un poco en el último cuarto. Lo suficiente para que el Valencia mostrara unas gotas de la gigantesca superioridad que dictaba la clasificación: hubo un pase en profundidad de Angloma a Piojo López, un centro al segundo palo de éste, y un agarrón de Tais a Ilie que impidió que el rumano tuviera acceso al remate. El árbitro, en cambio, no lo consideró penalti. Poco después, otra vez López dejó un balón claro que originó la entrada de cara a puerta de Ilie, que disparó mal con la izquierda ante el alivio del meta Marcos. Ahí se acabó todo, sin que ni siquiera el Valencia hubiera disparado entre los tres palos en toda la primera parte. Una estadística empeorada todavía por el Racing, que no es que no disparara a gol, es que no creó ni una sola ocasión.

Entre otras cosas porque la defensa valencianista estuvo muy firme, sobre todo Björklund, que le dio la noche a Munitis, que no pudo lucirse ante uno de los equipos que le está siguiendo los pasos. Qué decir de Ilie, que dilapidaba su talento en una pelea barriobajera con los defensa del Racing.

Los entrenadores, no obstante, no se debieron dar por aludidos, pues nada cambiaron en el descanso. ¿Estaban satisfechos?

En el Racing, tan sólo Amavisca daba signos de claridad de ideas, mientras Víctor no vivivía su mejor noche: tiró dos faltas, una de sus especialidades, y lo hizo muy mal.

El Racing, eso sí, se volcó más sobre Cañizares en la segunda parte, sin que la intención santanderina se tradujera en ocasiones suyas sino del Valencia, que a partir de entonces encontró su mejor argumento (¿o es el único?): balones larguísimos a Piojo López, que se marchó como acostumbra de sus defensores, encaró como suele la portería racinguista, pero falló en el momento decisivo: le faltaba la frescura de otras veces. Su viaje esta semana a Holanda con su selección, Argentina, le pasó factura a su velocidad, que descendió varios grados.

El cansancio de ambos equipos permitió que el juego adquiriera cierta chispa. Faltaba el tramo decisivo del encuentro y los dos técnicos emitieron alguna pequeña señal de querer ganarlo. Gustavo Benítez dio paso a Salva por el inadvertido Bestchastnykh; Ranieri introdujo a Juanfran por el oscurísimo Schwarz. Pocos riesgos.

Falló el 'plan Piojo'

Llegado el último cuarto de hora del partido, el Racing seguía sin disparar entre los tres palos, mientras el Valencia, que tenía neutralizado el plan Piojo por el cansancio del argentino, se preparaba para el empate. Nadie contaba con Björklund, ese marcador sueco implacable pero torpón que no se había estrenado como goleador en toda la Liga. Lo hizo ayer. De cabeza, claro. Björklund se impuso por arriba a los defensores del Racing en un córner que le envió Ilie. Excesivo premio para tan burdo partido.

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