Tierno bebé
Mi hijo de tres años cree que un crucifijo es una espada, un juguete que en algunas casas tienen la extraña costumbre de colgar en la pared. Me dice: "Papá, ¿verdad que no puede ser?".Para él, la figura semidesnuda del niño Jesús no es más que un tierno bebé.
No está bautizado. Acude a un colegio público de los que cumple con la Constitución Española de 1978 y, en casa, nunca oyó, ni en contra ni a favor, de la religión católica.
Viendo a mi hijo, comprendo el porqué de la intransigencia de algunos a la hora de imponer los crucifijos en las escuelas.-
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