Aplazada la subasta de Molina para intentar su adjudicación a Campofrío

El proceso de liquidación de la empresa cárnica Hijos de Andrés Molina (Hamsa) se ha aplazado. Ayer estaba previsto que se subastaran los activos de la compañía pero, según los sindicatos, se ha decidido intentar una adjudicación directa al grupo Campofrío, con quien la Junta llegó a un preacuerdo a finales del año pasado para que se hiciera cargo de parte de los activos de la empresa jiennense. La centrales quieren que compañía burgalesa comience a operar en Hamsa a partir del mes que viene.

La comisión liquidadora de cárnicas Molina comunicó a los sindicatos a principios de mes que el proceso culminaría el día 30 de marzo, ayer mismo, según han indicado Damián Jiménez, secretario provincial de Alimentación de Comisiones Obreras (CC OO), y el responsable regional de este sector en UGT, Juan Lanzas. Pero no ha sido así, ya que a la vez que se acercaba la subasta se estaba estudiando la posibilidad de una adjudicación directa que permitiese controlar más el proceso de adquisición por parte de Campofrío. "Los interventores serán los que vean la fórmula mejor para cerrar la liquidación de la empresa. De momento estamos tranquilos, a pesar de que no tenemos mucha información", resaltó Damián Jiménez, que intentó ayer en vano ponerse en contacto con Juan Carlos Ollero, presidente del consejo de administración, para conocer los detalles de la situación que se plantea. "Nada extraño" Los sindicatos no quieren realizar ningún tipo de interpretación sobre este retraso. Lo que esperan es que se resuelva cuanto antes la situación de la cárnica jiennense para que en el mes de abril ya esté en juego Campofrío. "No vemos nada extraño en este retraso, porque la ejecución de la liquidación va a ser cuestión de días", aseguró Damián Jiménez. Las vacaciones de Semana Santa harán que no se tome una determinación antes del día 5 de abril, según las fuentes consultadas. No obstante, los sindicatos han pedido una reunión con los interventores para tener información de primera mano sobre la evolución del asunto. La actividad en Hijos de Andrés Molina, cuyo propietario mayoritario desde 1997 es el Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), sigue disminuyendo mientras se completa todo el proceso. La situación es de espera. Hay que aguardar a que se liquide la compañía para que todos los trabajadores sean despedidos y luego una parte de ellos se reintegren en la empresa que surja tras la entrada de Campofrío. De hecho, la actividad no ha hecho más que reducirse desde que se conociera el pasado mes de octubre que la Comisión Europea exigía la devolución de más de 10.000 millones en ayudas, pese a que entonces el IFA anunció a bombo y platillo un plan de choque, al tiempo que redoblaba sus esfuerzos para buscar un grupo privado que adquiriese la empresa. Ex empleados asociados Los sindicatos han constituido en las últimas semanas la Asociación de ex Trabajadores de Hijos de Andrés Molina, vinculada al proceso de liquidación. La entidad servirá para gestionar todas las ayudas que reciban los empleados para el pago de las indemnizaciones que llegarán en caso de que no sean recolocados en la nueva empresa que creará Campofrío. El grupo cárnico burgalés se comprometió a contratar a 300 empleados. Otros 60 serán prejubilados, por lo que sólo quedan unos 110 trabajadores que tendrán que ser indemnizados si en un plazo de dos años no entran en las sucesivas ampliaciones de personal que Campofrío asegura que tendrá que hacer si se cumplen sus planes de expansión.