Una exposición reúne en el MNAC las mejores fotografías de Eugene Smith

A principios de los años cuarenta, el fotógrafo norteamericano Eugene Smith (1918-1978) se atrevió a utilizar su trabajo como un medio para transmitir su opinión acerca del mundo que le rodeaba. Esta postura le supuso serios enfrentamientos con los editores de revistas de la talla de Life y Neewsweck -de la que fue despedido por negarse a utilizar el gran formato- y le obligó a mantener inéditos muchos de sus trabajos. Pero su actitud crítica le valió también ser considerado uno de los mejores fotógrafos de este siglo. El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) se aproxima ahora a la rica producción de Smith, maestro del ensayo fotográfico, en una exposición antológica que reúne 182 de sus mejores imágenes, algunas de ellas poco divulgadas. La exhibición se estructura en bloques temáticos que se inician con los primeros pasos de Smith en la fotografía de prensa, en el primer tercio de siglo, y concluyen en una de sus series más conocidas, Spanish Village, un retrato de la España rural en los años cincuenta. En este recorrido se encuentran reportajes famosos, como el que Smith dedicó a las víctimas de la catástrofe química en Minamata (Japón), y el consagrado a la labor en África del misionero Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz. La exposición incluye una muestra de los trabajos más íntimos y personales de Smith, como una serie en la que plasmó la vida de Nueva York desde la ventana de su apartamento. Según el comisario de la exposición, Pierre Bonhomme, en todas estas fotografías -algunas de ellas montadas por Smith para lograr el punto de vista deseado- subyace la línea maestra de la producción del autor: "El aglutinante de todas estas imágenes es su compasión por el género humano, su lucha en favor de los desfavorecidos".