Alumnos de un colegio de Huelva celebran el día de la poesía con una lectura de poemas

Doce horas con la lírica. Los profesores del Colegio Público Juvenal de Vega, de la barriada onubense de José Antonio, celebraron ayer el día de la poesía, con el objetivo de defender la palabra de la invasión de Internet y del apogeo de la cultura de la imagen. La emisora de radio del colegio emitió 12 horas seguidas de lectura de poemas por parte de estudiantes, profesores y familiares de alumnos del centro. También hubo un recital poético y en todas las aulas se habló permanentemente de poesía. Los alumnos iban y venían por los pasillos con las fotocopias de los poemas bajo el brazo. Los autores preferidos para recitar fueron: Juan Ramón, Federico García Lorca, León Felipe, Alberti, Gloria Fuertes y Pablo Neruda. También se buscaron y rebuscaron escritos de José Agustín Goytisolo, recientemente fallecido. "Esta iniciativa surge a raíz de una creciente preocupación de los maestros: los niños y los jóvenes de ahora no leen. Pasan de los libros y, por consiguiente, son incapaces de expresarse con corrección. Les escuchas hablar y todo es divagación y lugares comunes. Les cuesta expresarse. La imagen en los tiempos que corren parece vencer decididamente a la palabra", explicó ayer César Corpa, director del colegio. La emisora escolar del Juvenal de Vega es un reducido habitáculo muy soleado y confortable, con una pequeña mesa de mezclas y dos micrófonos, en los que se cuela permanentemente el bullicio lejano de los críos en el recreo. Por allí pasaron ayer, en la voz suave de los estudiantes, una gran variedad de tendencias poéticas. El Juvenal de Vega tiene actualmente 500 alumnos de entre cuatro y 16 años y 25 profesores. César Corpa ha llegado a una conclusión ante la que no duda: las niñas son más aficionadas a la lectura y también a la poesía que los niños. "Las chicas son proclives a intercambiarse poesías de amor. También les gustan los poemas que interpretan los cantautores: Ana Belén, Serrat, Víctor Manuel...", señaló César Corpa. Los docentes se formulaban una pregunta: ¿de qué forma se puede incentivar el gusto de las nuevas generaciones por las letras? Enriqueta Muñoz, profesora, lo tenía claro: "El interés por la lectura no se crea como algo impuesto por el profesor. Hay que introducirlo de forma que los niños se sientan cómodos con el libro. Sería muy importante que vieran habitualmente a sus padres leer".