Un libro analiza la falta de ideas originales en la televisión de España

Hay que tener imaginación y creatividad. Perder el miedo y arriesgar con programas originales. Son algunas de las claves que apunta José Ángel Cortés en su libro recién presentado en Sevilla, La estrategia de la seducción. Cortés, que ha sido programador de numerosas cadenas televisivas señala en su obra que en España se echan de menos productos propios porque se abusa de la importación de ideas, algo que no ocurre con la autopromoción de los programas, espacios originales y de gran éxito.

Aquella máxima de formar, informar y entretener, que regía hace años la programación televisiva ya no existe. Eso es cosa de la paleotelevisión. Ahora, lo que vemos cada día es neotelevisión. Ya no se hacen programas sino productos. La televisión vende público a las agencias de publicidad y el objetivo último, para privadas y para públicas, es captar la máxima audiencia. Estas reflexiones pueden extraerse del libro de José Ángel Cortés, La estrategia de la seducción, un volumen que recoge la experiencia y consejos de este profesional tras su paso por numerosas emisoras de televisión y que servirá de material docente a los que ahora son sus alumnos en la Facultad de la Comunicación de Navarra. Para Cortés, con los años "la televisión no ha ganado en calidad, porque el número de espectadores no es sinónimo de tal cosa, pero sí se ha abierto, ahora es más plural". "Hay que dejar de lado la lucha feroz entre las cadenas y poner en marcha la creatividad". Esa es una de las fórmulas que Cortés apunta para mejorar la calidad televisiva, algo, que a su juicio, se está consiguiendo con la llegada a las emisoras de gente joven. "Es difícil conseguir una buena programación si no hay una filosofía empresarial y una línea editorial claras", afirmó Cortés. El autor, que ha analizado los modelos televisivos francés, italiano y español, considera que la televisión que se ve en España tiene un buen nivel respecto a Europa. La contraprogramación es otro de los problemas que se analizan en su libro. El juego sucio de decidir a última hora la emisión de un programa que no estaba previsto para robar público a otros, dice Cortés, es una táctica que acaba resultando perjudicial para la cadena que utilice esta práctica. Los televidentes acabarán reprochando esta falta de rigor y seriedad, afirmó. El que fuera programador en TVE, Tele 5 y Antena 3, señaló que la televisión pública no ha sabido definir el concepto de los público: "La pública no debe estar pendiente de la audiencia y entre su programación deberían aparecer programas culturales, lo que no quiere decir que sean programas peñazo. Echo en falta productos propios o bien adaptados", algo que ya empieza a notarse en algunos programas, afirmó.