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FÚTBOL 27ª JORNADA DE LIGA

El Alavés destapa la cruz del Atlético

Los rojiblancos enseñan su perfil arrugado en la Liga y terminan zarandeados en Vitoria

El Atlético de Madrid enseñó ayer en Vitoria su cara más marchita. Su viaje épico a Roma no sirvió de revulsivo. Al contrario, confirmó que el equipo de Aguiar sólo tiene ojos para la competición europea, y que deja para la Liga todas sus miserias. En Mendizorroza salió acogotado, con un planteamiento destructivo, sin hombres aptos para un ejercicio futbolístico coherente y mentalizado para montar un muro en el centro del campo. Como consecuencia, terminó desconchado, víctima del mejor partido de la temporada del Alavés.El Atlético suele recurrir al argumento de la fatalidad para buscar el origen de sus males, pero su actual situación en la Liga (a seis puntos de la promoción, es decir, del Alavés) tiene otras explicaciones. Jesús Gil fracasó con su primer proyecto de la temporada -Sacchi-, aunque se ha quedado con algunas rémoras de aquella etapa (Torrisi, Serena... jugadores en absoluto desequilibrantes) y ahora no encuentra el norte. Tales despropósitos derivan en alineaciones temerosas como la de ayer. Aguiar apostó por un juego de demolición, con José Mari como única fuente de ingresos creativos. La composición de su línea medular supuso toda una declaración de intenciones: Njegus, Mena, Baraja y Fortune, más Roberto de enlace. El Atlético sólo estaba preparado para la defensa, pero falló en lo básico. No supo defender. Presionó poco, y dejó pensar al Alavés, que aunque pulula por la promoción tiene un ápice de vista como para divisar las tremendas facilidades dadas por su contendiente.

ALAVÉS 2

ATLÉTICO 0Alavés: Tito; Belsué, Berruet, Karmona, Ibon Begoña; Desio, Pablo; Vitamina Sánchez (Alfonso, m. 86), Gerard, Magno (Álex, m. 79); y Julio Salinas. Atlético: Molina; Aguilera, Santi, Torrisi, Serena; Njegus (Valerón, m. 71), Mena (Juninho, m. 62), Baraja, Fortune; Roberto; y José Mari. Goles: 1-0. M. 53. Desio marca por la escuadra una falta directa cometida por Njegus a Pablo. 2-0. M. 63. Gerard aprovecha una indecisión entre Serena y Molina al anticiparse y marcar con un ligerísimo toque que se cuela mansamente. Árbitro: Fernández Marín, del colegio valenciano. Amonestó a Santi, Mena, Desio, José Mari, Fortune, Gerard, Baraja, Njegus, Begoña y Álex. Unos 18.000 espectadores en el campo de Mendizorroza.

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Mané poco a poco encuentra su combinación de once jugadores que den un respiro al Alavés, y ayer permutó las posiciones de Pablo y Gerard en el centro del campo. El primero, por detrás, mandó. El internacional sub-20, más adelantado, enlazó con los delanteros. Como resultado deparó un dominio absoluto del balón y del partido. El primer gol albiazul se hizo rogar. Pese al acoso constante en la primera parte, continuado en la segunda con un balón de Magno que tocó los dos palos, el Alavés no obtuvo el premio hasta el minuto 53, con un gol a balón parado de Desio.

El Atlético, lejos de rememorar su capacidad de reacción de Roma, se sumió en las dudas que le han procurado un punto de los últimos 24 disputados en la Liga. Se quedó acurrucado en torno a Molina, e invitó al Alavés a un juego de triangulaciones, paredes y carreras en vertical. Su estado de atolondramiento permite entender el segundo gol, de Gerard, en un malentendido entre el portero y Serena. Para entonces, ni Juninho ni Valerón, que coincidieron sobre el césped, pudieron arreglar el desaguisado. Porque los problemas del Atlético de Madrid son mucho más profundos que el mero hecho de tener un mal día.

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