Minimalistas olímpicos
Quizá el movimiento olímpico debería inventar una competición para aquellos que se distinguen por salir bien parados. Si lo hubiera hecho, seguramente Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), habría ganado una medalla de oro esta semana. A pesar de su declaración de victoria sobre los sobornos y la corrupción en la clausura de la reunión de la organización el pasado jueves, las acciones y reformas ratificadas fueron bastante escasas.
Es cierto que ha habido algunos progresos. Seis miembros del Col que habían cobrado sobornos han sido expulsados, y la selección de la sede para los Juegos Olímpicos del 2006 ha sido aislada de la corrupción al crear un grupo imparcial para escoger dos finalistas entre los que elegirá el COI.
Pero Samarach, que ha presidido todo este caos, no ha querido dimitir (...). Sus acólitos patearon cuando (. . .) se comenzó a tratar la reforma que puede prevenir otro escándalo como el de la máquina de sobornos de un millón de dólares que ayudó a que Salt Lake City ganara los Juegos de Invierno del 2002. La reunión aprobó tan sólo planes para crear una comisión ética, que será designada por Samaranch, y una reforma del cuerpo estructural, que será encabezada por Samaranch. (...) Esos cuerpos deben tener preparadas sus recomendaciones para la reunión del COI en junio en Seúl. Esa reunión también proporcionará a Samaranch, tan preocupado por lo éticamente incorrecto, una ocasión apropiada para marcharse de forma elegante.
19 de marzo
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