La lluvia no aguó la fiesta
Las Fallas de 1999 serán recordadas por el aguacero de la plantà. La lluvia reblandeció numerosos ninots, causó serios daños a una veintena de monumentos (entre ellos al de Convento Jerusalén, que pagó su deterioro con el último puesto en la Sección Especial) y sembró negros augurios sobre la ofrenda, la cremà y el resto del programa de actos. Enmedio de la lluvia, un vehículo arrolló la falla de Blanquerías, a los pies de las Torres de Serranos. La solidaridad de las otras fallas, que le cedieron algunos ninots, evitó que esta comisión se quedara sin cremà. El mal tiempo, unido a las fechas laborales en las que se ha celebrado este año la fiesta, mermó la asistencia de público hasta la penúltima jornada. Pero al final salió el sol y la temperatura agradable invitó a presenciar la mascletà, pasar las tardes recorriendo fallas y visitar las verbenas por la noche. Una gran cantidad de público, en su mayoría de la Comunidad, ha colapsado la ciudad en los últimos dos días de la fiesta. El nombre propio de estas Fallas es el de Julio Monterrubio. El artista de Carcaixent ha sumado su tercer triunfo en los últimos cuatro años en El Pilar con un baile de máscaras presidido por una dama de los años veinte. La victoria consagra a esta comisión como la más premiada de todos los tiempos con 14 galardones. Sus figuras estilizadas, alejadas de las líneas grotescas y barrocas tan frecuentes en la fiesta, se han ganado la admiración del público. Todos los temas, incluso el Viagra, están tratados con un humor fino. Los falleros de El Pilar presumen de que el estilo de Monterrubio, que tantas alegrías les ha dado, acabará imponiéndose en los talleres falleros. Mención especial merece Sueca-Literato Azorín: con su tercer puesto logra la mejor clasificación desde 1966. Críticas al Ayuntamiento Cuando cesó el aguacero, cayó una lluvia de críticas sobre el Ayuntamiento de Valencia. En las oficinas de turismo de la ciudad se recibieron quejas sobre los supuestos conciertos falleros de Mestalla. Muchos se sintieron engañados porque se anunció como un concierto la grabación de un programa de televisión. Otros protestaron porque se quedaron en la calle. Aunque el aforo rebasa las 50.000 localidades sólo se permitió la entrada de 8.000 espectadores. También hubo críticas de la oposición por la "propaganda electoral" de la falla municipal: el ninot de la alcaldesa le señala a Gulliver el camino del futuro para la ciudad. Por último, los pirotécnicos denuncian un trato de favor del Ayuntamiento con el concejal de Iluminación, Juan Vicente Jurado, al permitir que su empresa dispare la Nit del Foc desde el pontón provisional, un lugar restringido por medidas de seguridad.
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