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SUCESOSEXPEDIENTADO UN CABO POR NO ATENDER DEBIDAMENTE LA LLAMADA

La Policía Local no se movilizó ante el aviso de agresión al joven quemado en Alicante

Armando del Hoyo, cabo de la Policía Local de Alicante, se enfrenta a un expediente disciplinario por una presunta negligencia cometida en la madrugada del miércoles, cuando no atendió debidamente una llamada de auxilio que alertaba de la reyerta entre tres jóvenes junto a un hotel de la playa de San Juan. El incidente acabó con uno de ellos acuchillado y quemado en un paraje de la vecina Mutxamel, heridas de gravedad de las que se recupera en el Hospital General. El concejal de Seguridad, José Antonio Rovira, confirmó ayer la información de EL PAÍS y aseguró que actuará con "contundencia" contra el agente. Éste se limitó a desviar el aviso a la Policía Nacional.

A la una de la madrugada del martes, personal del hotel Castilla de la playa de San Juan telefoneó a la Policía Local para informar de la pelea que se producía en las inmediaciones del local. El agente de control que atendió la llamada de auxilio informó de inmediato al cabo de guardia, Armando del Hoyo, que se limitó a desviar el aviso al 091, en lugar de movilizar a las patrullas de la Policía Local que a esas horas recorren las urbanizaciones de la playa. Cuando llegó la Policía Nacional, dotada de menos efectivos nocturnos, ya era demasiado tarde. Dos de los jóvenes habían introducido al tercero, malherido, en el maletero del vehículo con el que abandonaron la zona. Horas más tarde, la Guardia Civil detuvo en Mutxamel a los agresores, después de que la víctima lograra salir del coche que habían incendiado para acabar con su vida y borrar las huellas del crimen. El comportamiento del cabo de la Policía Local fue calificado ayer de "muy grave" por el edil de Seguridad. Según las normas establecidas en estos casos, el cabo debió movilizar "de inmediato" a las patrullas de la playa de San Juan, que quizás podrían haber evitado el desenlace final del suceso. Además de no medir adecuadamente la gravedad del caso, Armando del Hoyo no comunicó la llamada de auxilio al sargento. El inspector jefe de la Policía Local, Luis Gómez, comunicó ayer mismo lo sucedido a su jefe político, después de que la concejal de EU Camino Remiro reclamara por escrito una copia del informe policial que recoge los hechos. Esta edil solicitó de inmediato la apertura de una investigación para depurar responsabilidades. "Negar el auxilio a un ciudadano es la falta más grave que puede cometer un policía, pero yo me pregunto desde cuándo los mandos policiales conocían el caso, y por qué no han actuado hasta que nosotros y la prensa hemos accedido a la información", señaló. EU sospecha que tanto el inspector jefe como el concejal Rovira intentaban supuestamente ocultar la presunta negligencia policial. "Eso sería terrible, y desde luego motivo para que se depuren responsabilidades a otros niveles", recalcó Remiro. El responsable de Seguridad, José Antonio Rovira, aseguró que tomará "las medidas oportunas" para que el cabo Del Hoyo, sobre el que pesa una condena anterior por apropiación indebida, sea sancionado. "La apertura del expediente será inmediata, nombraremos a un juez instructor y será éste quien decida si provisionalmente se le separa del servicio ante la gravedad del acunto", señaló. "Esto no se puede consentir, porque ensombrece un trabajo loable del resto del cuerpo, especialmente intenso en el turno de noche", concluyó. Llamar a la policía El recepcionista del hotel Castilla, Baldomero López, relató ayer a este diario que un cliente del establecemiento le llamó, alrededor de la una menos cuarto de la madrugada del martes, para advertirle que en un aparcamiento contiguo se estaba produciendo una pelea. "Sería conveniente llamar a la Policía", le aconsejó. Dicho y hecho. Buscó en la agenda el número de la Policía Local, pero su primera llamada no recibió respuesta. Mientras buscaba otro número de la Jefatura, el cliente volvió a telefonear para comunicarle que "a uno de los que se están peleando lo han metido en un coche como si fuera un saco de patatas y se lo llevan". Inmediatamente telefoneó a la central de la Policía Local "para explicar lo que estaba pasando". El policía que cogió el teléfono le preguntó si las personas que estaban peleándose aún permanecían allí. El empleado contó lo que el cliente le había dicho y preguntó si había una patrulla en las inmediaciones. "No te preocupes", le respondieron. La madrugada transcurrió sin que un solo agente se acercara por allí.

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