Amigo Juliá. MANUEL MARQUEZ LUCENA

He oído en alguna ocasión que los amigos son como los taxis, difíciles de encontrar cuando el tiempo se pone feo. Amigo Julià Àlvaro, ya hace muchos años que compartimos chubascos en Canal 9. Pero ahora tú, como representante del comité de redacción de la televisión autonómica, seguramente vivirás una nueva tormenta con especial inquietud. No es para menos. Después de la comparecencia que tuvisteis en las Cortes para dar a conocer el último informe del comité de redacción, en el que se denuncia la manipulación informativa del canal y el uso partidista que se hace de él, has sido objeto de duros ataques y calumnias por parte de representantes del Partido Popular. Doblemente injustos, si cabe, porque lo que denunciamos es tan evidente como demuestra, no sólo las bajas audiencias de Canal 9, sino que basta con poner la tele para que te lo sirvan a domicilio. Bueno, a lo que voy. Ahora resulta que a toro pasado, -y no en el momento de la comparecencia en las Cortes, donde los miembros del Partido Popular que ahora te atacan podían haberlo hecho con argumentos, de tenerlos-, se te acusa desde los medios de comunicación, sobre todo los que controlan, de ser un periodista disfrazado de político. ¡Qué risa, los políticos del viaje al centro hablando de disfraces! ¡Y qué grave tu travestismo! Y además hacen otra grave acusación contra tí. En realidad Julià, tú, según ellos, no quieres ser un profesional honesto y comprometido en estos tiempos de renuncias y bajadas de pantalones y faldas, no. ¡Quieres ir en las listas electorales del PSPV! Y si lo del disfraz es muy peligroso, para los diputados del PP, no veas lo terrible que es en 1999, a nada del mítico 2000, ser o parecer socialista. Y lo pareces porque sencillamente no les das la razón y aquí, si no estás conmigo estás contra mí. Razonamiento que, como sabes y sufres amigo Julià, es el fundamento básico de la democracia. Y luego dicen que el comité de redacción -que representa a toda la redacción de Canal 9- está en manos del PSPV. Flaca memoria la de tus calumniadores porque han olvidado cómo atacó Eduardo Zaplana a los socialistas esgrimiendo un escrito en las Cortes suscrito por la redacción en el que denunciábamos cosas parecidas hoy corregidas y aumentadas. O sea que nos las dan por todos los costados. Pero a mí no sé de qué me suena eso de juzgar intenciones y no hechos. ¡Eso sí que es grave pecado! Sin ir más lejos fíjate lo que ha pasado con el proceso de Pinochet al saberse que uno de los jueces lores que juzgó sobre su inmunidad era simpatizante de... ¡Amnistía Internacional! Así que ahora, si esos diputados populares, y quienes les dictan sus estrategias, leen esto no harán mucho caso, pues quien esto escribe sólo es un compañero que cree hacer un acto de justicia y expresar el sentir y la solidaridad de todo un colectivo que ha mostrado, con unas elecciones, su adhesión al comité de redacción de Canal 9. Y también a un estatuto de redacción por el que tú y yo dimos algunas horas y muchas patadas desde el comité de redacción constituyente para conseguirlo, gobernando el PSPV. Porque como profesionales creemos que la materia prima con la que trabajamos, la información, es una bomba de relojería dependiendo de las manos que la manipulen. Porque un medio público, sobre todo, necesita unas reglas básicas de juego, y en este caso concreto los hechos nos dan la razón, no podemos estar bajo sospecha dependiendo de quién gane unas elecciones y mande en la casa. Es bien cierto que fue el PP quien aprobó ese estatuto pero no lo es menos, y aquí no se juzgan intenciones sino hechos, que los mismos que lo aprobaron lo incumplen sistemáticamente y, lo que es peor, lo hicieron por darse una manita de maquillaje, ese que se les cae cuando les faltan los argumentos y calumnian a un profesional como tú. Hoy te toca a tí, mañana, quién sabe si incluso a mí. Pero no me preocupa amigo Julià, el sol, cuando sale, sale para todo el mundo. Ese sol que quieren tapar con un dedo. Seguramente ya no recuerda el hoy presidente de la Generalitat una conversación que algunos miembros de aquel comité de redacción constituyente tuvimos en el hall del Palau de la Música cuando el PP presentó en plena campaña electoral el proyecto de televisión pública que quería. Un documento que guardo, para releer de vez en cuando todas aquellas buenas intenciones que el tiempo, el implacable, ha desenmascarado. Pues bien, en aquella ocasión le dije al hoy presidente que una televisión como Canal 9, que ellos decían estaba totalmente manipulada y en su contra, no iba a ser obstáculo para que ellos ganaran las elecciones, como así fue. Eso quería decir que los que manipulaban la tele muy a su favor, según sus propios argumentos, las iban a perder. Así fue y así será, porque repito, el sol no se puede tapar con un dedo. Y como dice Serrat en una de sus canciones "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".