Siete miembros de una familia, asesinados en un incendio en Londres
Dos gemelas de cuatro años y su hermano de dos, entre las víctimas calcinadas
La policía británica buscaba intensamente anoche a los asesinos de siete personas de una misma familia que perecieron abrasados mientras dormían durante un misterioso ataque en un suburbio del noroeste de Londres. Las informaciones eran escuetas. Una de ellas señalaba que, no lejos del lugar del siniestro, los investigadores hallaron una lata de gasolina vacía. El ataque incendiario no parecía tener móviles ni políticos ni raciales. Chingford es un distrito tranquilo, sin mayor historia de crímenes. Ése era un detalle que mantenía a Scotland Yard un tanto perplejo.
Por lo tanto, era difícil saber quién fue el autor y cuáles fueron los motivos de un ataque que acabó con la vida de dos mellizas de cuatro años, un niño de dos, su padre, abuela y bisabuela, que murieron junto a un amigo de la familia. La única persona que aportaba anoche información acerca del ataque que ha causado escalofríos en Londres podría ser un septuagenario que escapó de la casa en llamas gracias a una escalera. Fuentes policiales sugirieron que podría tratarse del abuelo de las mellizas. "No tenemos un informe completo al respecto. Pero el caso está en manos de la brigada de homicidios", declaró un portavoz de la policía.El detective jefe de la investigación, James Sutherland, manifestó ayer que la policía piensa que se trata de un asesinato y confirmó el hallazgo de una pequeña lata de gasolina entre los escombros del edificio. "Alguien que no se encuentra entre los fallecidos sabe quién cometió el asesinato y necesitamos su ayuda", dijo, tras pedir la colaboración de los vecinos y facilitar un teléfono para dar información.
Los bomberos encontraron la mayoría de los cadáveres en una habitación del segundo piso, donde el calor y el humo eran muy intensos, lo que dificultó la extinción del fuego, unido a que se derrumbaron la escalera interior y los pisos de las habitaciones. A última hora de ayer los cuerpos no habían sido rescatados porque las condiciones no eran seguras.
La madre de las dos gemelas y el otro niño tuvo que ser ingresada en un hospital tras desvanecerse pidiendo socorro, informa la agencia Efe. "Gritaba y gritaba que sacaran a sus hijos de aquel horror", manifestó una vecina de la familia, Lisa Lewis, al narrar entre lágrimas cómo vio llegar a la madre ante la vivienda. Los vecinos de la casa semidestruida por el fuego relataron en diversas entrevistas el horror que les causó despertarse con gritos de dolor y sonido de las sirenas. Lewis, de 25 años, vecina del habitualmente tranquilo barrio de Bellamy Road, de la localidad de Chingford, en el noreste de Londres, y conocedora de los miembros de la familia fallecida desde hace diez años, declaró que eran encantadores.
"Quienquiera que sea que haya hecho esto es un demonio", manifestó llorando. Lewis se despertó esta madrugada con los gritos, lloros y sollozos en la casa vecina. "Al principio creí que estaban discutiendo. Luego oí a los niños llorar. Salté de la cama, miré por la ventana y vi a una de mis vecinas gritando pidiéndome ayuda. También oía a los niños toser y llorar. Era terrible. Me miraba y yo no podía hacer nada", manifestó. "Era demasiado tarde. Los gritos y los lloros se habían callado. Tampoco se veía a nadie", agregó Lewis.
El detective jefe Sutherland hizo un llamamiento a la colaboración de los vecinos, al afirmar que "necesitamos encontrar a quien haya cometido esta atrocidad". Al llamamiento a la colaboración se sumó el diputado conservador local Ian Duncan, quien expresó su horror por lo sucedido en la capital británica.
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