Guerra por un juzgado de paz

La iniciativa parecía buena e, incluso, original: en Andalucía sólo se había puesto antes en práctica en el municipio sevillano de Alcalá del Río. En lugar de elegir al juez de paz de la localidad mediante el procedimiento habitual, el Ayuntamiento de Purullena, en Granada, decidió en pleno someter la designación a la voluntad de las 2.500 almas que habitan el pueblo. Y todo fue sobre ruedas hasta que el pasado jueves, día designado para la encuesta popular, los cinco candidatos aspirantes a pacificar las disputas locales decidieron protagonizar ellos mismos una trifulca. Tres de ellos, dos mujeres y un hombre que no niegan ni corroboran su vinculación con el PP, renunciaron a ser elegidos cuatro horas antes de comenzar el referéndum. Consideran "que la votación se politizó en favor de uno de los aspirantes perteneciente al PSOE, que presuntamente repartió entre la población papeletas con su nombre ya marcado". Dicho candidato, José Fernández González, ha sido, en efecto, el vencedor en los comicios. Fue así como una iniciativa para el "fomento de los valores democráticos" -como la calificó el alcalde socialista de Purullena, Francisco Ruiz- se convirtió en un pegajoso incordio. Algunos de los habitantes que ejercieron su derecho al voto no se mostraron tampoco muy de acuerdo con la idea de convocar la encuesta. "Está bien que se tenga en cuenta la opinión de la población. De hecho deberían preguntarnos más a menudo, pero sobre cosas más importantes que ésta", argumentaba una votante frente a una de las dos urnas instaladas en el municipio. No se puede decir que el referéndum fuera un éxito. De los alrededor de 1.600 lugareños con derecho a sufragio, sólo lo ejercieron 286. El clima desapacible puede que tuviera algo de culpa. Y también la jornada laborable, que obligó a algunas votantes a insertar su papeleta en ropa de faena, delantal, pantuflas y algún que otro rulo de permanente incluidos. Manuel Jiménez, juez de paz de Purullena durante los ocho últimos años y militante de IU, también vio al principio con buenos ojos la iniciativa municipal. Él fue el segundo candidato que, finalmente, concurrió a la encuesta, en la que obtuvo 121 votos. Sin embargo, el jueves tenía claro que le iba a ser difícil ganar. "El referéndum está manipulado por el PSOE. Al parecer, su aspirante ha repartido sobres con su nombre ya marcado y al resto de candidatos no se nos han dado papeletas para poder hacer lo mismo. Es una lucha desigual", consideró. El alcalde, por el contrario, aseguró que todos los aspirantes tuvieron las mismas posibilidades. "Había una papeleta a disposición de cada uno para que las fotocopiaran y las repartieran a la población, pero el único que se personó fue el ganador", dijo. Añadió, además, que fue insultado por los candidatos retirados. El cargo de juez de paz se renueva cada cuatro años. Manuel Jiménez recuerda que en sus dos etapas anteriores como togado fue designado por el método tradicional: por mayoría absoluta del pleno del Ayuntamiento, que eleva su propuesta al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para su aprobación definitiva. Dos requisitos que, pese a la encuesta popular, aún debe superar el candidato que ganó las elecciones el jueves. El juez de paz tiene competencias en juicios por faltas, por insultos, lesiones leves y desórdenes públicos. Debe mediar en las disputas entre vecinos y tratar de conciliarlos. Y, por último, gestiona el registro civil de la localidad.