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Socialistas

Miguel Ángel Villena

MIGUEL ÁNGEL VILLENA Le atribuyen a Giulio Andreotti aquella lapidaria frase de que "lo que más desgasta del poder es no tenerlo". ¡Cuánto recuerdan los socialistas en los últimos tiempos la demoledora sentencia del dirigente democristiano, uno de los hombres con más influencia en la Italia moderna y ahora encausado por presuntas relaciones con la Mafia! Tres años hace ya que perdieron el poder central, ocho que salieron derrotados en muchos grandes ayuntamientos y cuatro que abandonaron la mayoría de gobiernos autonómicos. Pese a todo ello, los socialistas siguen sin levantar cabeza sumidos en un marasmo de luchas intestinas, zarandeados por coletazos de escándalos y corrupciones y perplejos ante la necesidad de renovar el partido sin saber cómo hacerlo. Diezmada, sin discurso y sin empuje, la izquierda socialdemócrata encara las próximas elecciones con una mezcla de resignación y de desaliento. Las eternas rencillas valencianas representan uno de los mejores exponentes del desastre que se avecina. Alcaldes que insisten en repetir como candidatos tras 20 años de sillón o diputados, sin oficio ni beneficio, que buscan el sol que más calienta en otros grupos, resultan patéticos de puro grotesco. La profunda crisis que atraviesa el PSOE no deja de tener su ironía porque, más allá de nuestras fronteras, la izquierda europea vive euforias de transformaciones y experiencias de nuevos modelos. Desde el pragmatismo aguado de Tony Blair a la novedosa experiencia de Gerhard Schröder de gobernar con Los Verdes pasando por la pluralidad de fórmulas de Lionel Jospin, los socialistas ensayan caminos tras años de hegemonía conservadora. Pero está demostrado que la Historia española siempre transita con el pie cambiado. Y así cuando un fantasma de derechas recorría el continente europeo, aquí mandaban los socialistas. Ahora bien, al ritmo que marcha la renovación por estas tierras, los socialistas pueden superar la marca de sus colegas británicos o alemanes, que tardaron cerca de dos décadas en recuperar el poder. ¡Ya verán el desgaste!

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