CLÁSICOS PARA BAILAR
La inagotable noche londinense se enriquece con una oferta insólita. Richard Lannoy, un joven pianista y compositor de formación clásica, está convencido de que mucha de la música seria del siglo XX, desde Ígor Stravinski a Steve Reich, puede ser bailada, especialmente si se combina con sonidos actuales. Y lo demuestra con notable éxito los sábados por la noche en una discoteca de nombre muy adecuado (Bartok, en el barrio norteño de Camden), donde también programa piezas propias, a veces con instrumentistas de conservatorio que tocan sus partituras o improvisan sobre fondos pregrabados. Según el promotor, muchas figuras de la vanguardia actual se plantean ahora el reto de comprobar si alguna de sus obras puede funcionar en las pistas.
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