Enfado
Soy un usuario habitual de la línea 5 del metro, desde la estación terminal de Canillejas. Aparte de las deficiencias de los trenes (asientos corridos de plástico diseñados por un traumatólogo, falta de cristales en algunas ventanas, falta de barras para agarrarse, huecos entre la puerta y el cuerpo del vagón, suciedad incluso en los asientos) habitual y periódicamente comentadas, en la última semana y sólo durante la escasa media hora que lo uso he asistido a una avería con desalojo en la línea 5, a una avería con desalojo en la línea 2 y a una avería con corte total de la línea 6Es curiosa la coincidencia de estas averías con la impactante inauguración de la prolongación de la línea 7 (desde avenida de América hasta Valdezarza) y la simultánea denuncia de escaseces de vagones o trenes en algunas líneas.
La estación de Canillejas está al borde de la Nacional II, acceso a Madrid de los miles de coches del valle del Henares y, consecuentemente, una estupenda oportunidad de intentar evitar su entrada con un buen y cómodo servicio.
En el lateral de entrada a Madrid los automovilistas disponen de un miniaparcamiento para unos 60 coches, por supuesto sin vigilancia (hace un año era normal ver a los drogadictos intentar abrir los coches al mediodía, y creo que todos los que aparcamos allí hemos tenido algún disgusto), con una escasísima iluminación y con un acceso a la boca del metro, inteligentemente puesta en el otro lateral, mediante una pasarela sin techar, de un solo y larguísimo ojo (lo que provoca un terrible temblor en cuanto alguien corre sobre ella). El suelo es tan defectuoso que siempre hay algún charco, con unos escalones con el borde metálico roto por desgaste y con unas pasarelas tan defectuosas que una de ellas ha estado protegida por una cadena de vallas metálicas toda la última semana por su peligrosidad.
Eso sí, para compensar, algún inteligente funcionario ha puesto en el otro lateral (es decir, en el carril de salida de Madrid) un inútil aparcamiento más amplio, mejor iluminado y con un inmediato acceso a la estación de metro!!!
En ocasiones, cuando su gusto por hacerse la foto le hace ir a alguna inauguración de transporte público, el señor alcalde, José María Álvarez del Manzano, se ve en la obligación de lanzarnos sus melifluos exhortos en favor de su uso.
Después de lo que les explico más arriba, ¿puede alguien creer en su sinceridad?
¿Hay alguna duda sobre las prioridades de inversión del topo-alcalde?
En fin, me adhiero al arquitecto Ricardo Aroca; no merece la pena celebrar elecciones municipales: que nos manden al que pierda en Barcelona; al menos, no será tonto.-
