José Mari fulmina al Espanyol

José Mari electrocutó al Espanyol y puso al Atlético en las semifinales de la Copa en un abrir y cerrar de ojos. Montjuïc empezó a soñar con una gesta, pero el delantero rojiblanco hizo suyo el partido en un soplo. Tuvo suficiente con los dos primeros balones que le llegaron. El primero, cuando los jugadores blanquiazules todavía celebraban el tanto con el que rompieron el muro que dispuso Carlos Aguiar ante Molina. Y el segundo tanto, en el minuto 23, tras el centro de la otra estrella de la noche, el recién llegado Baraja, que dio un curso por la banda izquierda.

En ambos goles quedó en evidencia la impotencia de los centrales del Espanyol, incapaces de mantener a raya a José Mari. En otras dos acciones demostró su absoluta superioridad en carrera sobre Nando y su destreza, cuando recibió a la carrera y con metros por delante, para sortear hasta a tres defensas y poner en apuros a Toni (minuto 29). Eso, antes de que Daudén Ibáñez, protestadísimo porque le perdonó una segunda tarjeta a Serena, porque no señaló un posible penalti del defensa italiano contra Nan Ribera (minuto 24), ni otro de Pochettino (minuto 44), acabara de encender los ánimos con la señalización de un inexistente penalti de Toni contra el propio José Mari, que redondeó su actuación con su tercer gol.

El Atlético no pudo sacar mayor rentabilidad de un partido que planteó con todas las prevenciones del mundo. Aguiar se remitió a la victoria en el partido de ida y optó por un equipo a la italiana, tanto por su concepción como por los jugadores que eligió. Dejó en el banquillo a Toni y Santi en beneficio de Serena y Torrisi, y situó a Venturín junto a Jugovic para formar una doble primera línea de contención por el centro.

El Espanyol arrancó con brillantez y marcó en su segunda ocasión después de que un centro de Sergio dejara en evidencia todo el entramado defensivo atlético. Pero a partir de ese momento, empezó la exhibición de José Mari.