Turu Flores y el Deportivo siguen en racha
Turu Flores cumplió con su rutina diaria. El argentino volvió a resolver los problemas de su equipo, con un gol al inicio del partido que dejó la eliminatoria despejada para el Deportivo. Los coruñeses se mostraron una vez más como un equipo consistente y hasta brillante en ciertos momentos. El Mallorca tuvo la virtud de no entregarse nunca, pero la solidez de su fútbol no le bastó para remontar una situación tan adversa.Tras haber tocado fondo por las tormentosas relaciones dentro de la plantilla, el Deportivo lleva ahora camino de completar una temporada memorable. De momento, es tercero en la Liga y semifinalista en la Copa.
Entre los misterios futbolísticos que probablemente nunca podrán ser descifrados figura el de los extraños ciclos que rigen las rachas de los jugadores. El mayor paquete recibe una iluminación divina, entra en estado de gracia y durante un tiempo no hay quien lo pare.
DEPORTIVO 1-MALLORCA 0
Deportivo: Songo"o; Armando, Naybet, Schurrer, Romero; Ziani, Flavio (Donato, m. 84), Mauro Silva, Fran; Djalminha (Pauleta m. 71) y Turu Flores.Mallorca: Roa; Olaizola, Marcelino, Siviero, M. Soler; Paunovic ( Ibagaza m. 77), Engonga, F. Soler, Stankovic; Carlos (Ariel López m. 62) y Dani. 1-0. M. 12. Djalminha recoge un rechace al borde del área y deja el balón a Turu Flores, quien con un toque suave coloca la pelota en la escuadra izquierda. Arbitro: García-Aranda. Amonestó a Fran, Armando, Carlos, Siviero y Engonga.
Obviamente, Turu Flores dista mucho de ser un paquete, pero hasta no hace mucho tiempo permanecía bajo sospecha, tal vez por su aspecto fondón o esa lentitud que siempre se le ha achacado. Ahora, el Turu sólo muestra sus virtudes -un gran dominio técnico de la pelota, en la mejor tradición argentina- y se ha empeñado en convertirse en el hombre providencial del Deportivo. Anoche no defraudó las expectativas: abrió el marcador en el minuto 12, con un magnífico lanzamiento, lleno de delicadeza e intención, por la escuadra izquierda de la meta de Roa.
El gol del Turu desequilibró una primera parte intensa, bien jugada y con mucho peligro en ambas áreas. La ventaja proporcionó tranquilidad al Deportivo, que, por momentos, ofreció lo mejor de su repertorio, con un Djalminha que al fin se olvidó de sus guerras privadas y se enganchó al juego del colectivo.
Pero el Mallorca nunca bajó los brazos. Este equipo arrastra una fama un tanto injusta que lo caricaturiza como un devoto del catenaccio. Es verdad que el fútbol del Mallorca no resulta espectacular, pero también que cuando tiene pelota la juega sin precipitación y que no renuncia al ataque, aunque lo administre con cautela. Por eso el Deportivo, pese a que tuvo más fútbol y más ocasiones que su adversario, no logró evitar los sobresaltos hasta el instante final. El finalista del año pasado cayó, pero con grandeza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.