La ola de fuegos forestales augura una primavera y un verano de alto riesgo

El actual está siendo uno de los inviernos más secos del siglo. Esta circunstancia es la causante de que los incendios forestales, que se asocian al verano, empiecen a producirse en un mes tan atípico como febrero. El lunes pasado se declararon cuatro incendios en las comarcas de Tarragona y uno sólo -el de Valls (Alt Camp)- ha calcinado 300 hectáreas de pino y matojos. De seguir con las actuales condiciones de falta de lluvia, los Bomberos de la Generalitat auguran una primavera y, sobre todo, un verano de muy alto riesgo.

El campo y las montañas catalanes notan la falta de agua, sobre todo el de la provincia de Tarragona y buena parte del de la de Lleida. Esta ausencia de lluvia ha impedido el crecimiento de la hierba fresca, que en un incendio actúa como barrera natural frente al fuego, y por otra, reseca la vegetación hasta tal extremo que la hierba seca se convierte en un excelente material combustible propagador de los fuegos. Si a ello, como en los últimos días, se le une un fuerte viento, se explica que un incendio que podría ser controlado en pocas horas se prolongue durante más de 30 horas, como ha sucedido en el de Valls. Las estadísticas no pueden dejar de reflejar este incremento de fuegos en lo que va de año. Así, según la Dirección General de Emergencias, organismo del que dependen los Bomberos de la Generalitat, hasta el pasado 15 de febrero los bomberos efectuaron 298 salidas, el triple de las realizadas en el mismo periodo del año anterior. Estas cifras sólo recogen las salidas de bomberos para extinguir fuegos forestales y no incluyen las quemas de rastrojos y los fuegos en los márgenes de carreteras y autopistas. Enric Prior, director de Emergencias y Seguridad Civil, tras reiterar que la culpable de la actual situación es la ausencia de lluvias, señala que las previsiones indican que esta situación no tiene visos de cambiar inmediatamente, según las previsiones. "Estamos en el Mediterráneo y en esta zona marzo y abril suelen llevar lluvia. Esperemos que así sea. De lo contrario, la sequía combinada con nuestras grandes masas arboladas significan una primavera y un verano con muchos incendios", señala Prior. Ayer quedaron apagados los incendios que se declararon el lunes en Valls (Alt Camp) y en El Molar y la Torre de Fontaubella (Priorat) y en Sant Jaume dels Domenys (Baix Penedès), cuya simultaneidad obligó a la Generalitat a activar el nivel 1 del plan Infocat. Los cuatro fuegos han quemado más de 400 hectáreas de bosque y matojos El viento, con velocidades de más de 90 kilómetros por hora, se alió con las llamas y dificultó en extremo las tareas de extinción, que se prolongaron durante todo el día de ayer. En Valls, el municipio más afectado, el fuego arrasó 300 hectáreas de pino y matojos cerca de Picamoixons. Para afrontar la próxima campaña veraniega, que se presenta complicada, Enric Prior explica que los Bomberos de la Generalitat ampliarán su plantilla en 242 nuevos funcionarios fijos, se contratarán más auxiliares forestales y su departamento ha avanzado la compra de 33 nuevos vehículos de extinción. Asimismo, Prior añade que, si es necesario -"si sigue sin llover y hay riesgo"-, se anticipará la campaña de extinción a la Semana Santa, cuando normalmente comienza el 15 de junio.