La ventilación, factor decisivo para evitar accidentes
Los operarios de la compañía Gas Natural dispusieron en la mañana de ayer de diez minutos para inspeccionar el lugar de la explosión. Este hecho les mantenía aún en la incertidumbre a la hora de determinar con exactitud las causas de lo sucedido el domingo en la calle de Carabelos.A efectos de responsabilidades y de aseguramiento, el estado de las instalaciones de gas del edificio compete a las respectivas comunidades de residentes, dueños o arrendadores de la instalación concernida. A la compañía distribuidora le corresponde la inspección minuciosa de la red cada cuatro años (en este caso procede de 1996), las canalizaciones enterradas bajo las vías públicas y la acometida de gas de cada finca. A los inquilinos compete cuanto acontece en el circuito que media entre la llave del contador y los aparatos de gas, según fuentes de Gas Natural.
El gas natural es suatancialmente metano, un compuesto de carbono e hidrógeno. Según expertos de la Universidad Politécnica de Madrid consultados, el metano es tratado para su enriquecimiento con compuestos de nitrógeno y otros gases inertes, con los cuales se acentúa su poder calorífico para adaptarlo a los usos domésticos. El gas resultante, inodoro, es odorizado mediante componentes que permiten identificarlo a través del olfato.
Ello permite averiguar las acumulaciones peligrosas de gas. El metano deflagra sólo cuando su proporción en el aire oscila entre el 5% y el 15%, raramente por encima o por debajo de tal proporción. Las explosiones catastróficas de gas suelen sobrevenir, generalmente, por la conjunción del denominado triángulo de combustión: el combustible, en este caso el propio gas; la mezcla de aire existente en el lugar donde surge el adensamiento gaseoso, y una fuente de calor. Pueden actuar otras variables. La fuente de calor puede ser un simple interruptor de electricidad, "tanto si se enciende como si se apaga", subrayan los expertos, ya que, si la llave carece de elementos antideflagrantes, en ambas funciones emite una chispa que detona la mezcla. A la hora de impedir la formación de la combinación explosiva, que en un espacio cerrado estalla violentamente y revienta cualquier obstáculo que el gas encuentre en su expansión, la ventilación juega un papel decisivo. Por ello, las instaladoras obligan a los usuarios a abrir rejillas bajas y de altura en cocinas o estancias donde se halle la instalación para dispersar acumulaciones gaseosas.
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