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El mundo de los sentidos

Siéntese en un lugar cómodo o, si lo prefiere, permanezca de pie. Sitúe las manos frente a su cara. Levante el dedo índice de cada mano y póngalos en paralelo frente a su nariz. Cierre el ojo derecho y después el izquierdo. Ahora repita esta prueba pero alternando los guiños con mayor rapidez. Sus dedos se han puesto en movimiento. Acaba usted de experimentar una ilusión, una paradoja perceptiva producida porque su cerebro ha interpretado el cambio de perspectiva de cada ojo como un movimiento. Un olor, una imagen, un sonido, un sabor... producen sensaciones conocidas, pero no solemos detenernos a reflexionar sobre los mecanismos que actúan en nuestro cerebro para identificar estas percepciones. Pero durante siglos han sido materia de estudio para los psicólogos de la percepción humana, y 33 de los experimentos que han utilizado para averiguar los entresijos del cerebro humano se encuentran expuestos en la sala Luis Coll Alas de Gandia. Se trata de la muestra Veure per no creure de la Fundación La Caixa, procedente del Museo de la Ciencia de Barcelona, que ya ha recibido la visita de miles de personas y que permanecerá abierta hasta el día 28. Las pruebas proponen experimentos límite en los que la información ha sido manipulada al máximo para estudiar la respuesta del cerebro y los mecanismos básicos de percepción. El visitante puede desafiar y poner a prueba sus sentidos a través de módulos interactivos. Y si hay un público receptivo a este tipo de experiencias y ávido de nuevas sensaciones esos son los niños. Como 30 escolares de primero de ESO de la Escuela Pía de Gandia, que ya han visitado la exposición. Tras la inevitable explicación teórica y básica sobre los elementos que intervienen en el proceso de percepción visual (la luz, un objeto físico, el ojo y el cerebro), llega la primera sorpresa para los chavales: el ojo percibe el objeto al revés. Felip, el responsable de la exposición resuelve de inmediato el enigma y explica que el cerebro se encargará de devolverlo a su estado original. Suspiros de alivio. A partir de ahí, el descontrol. Mientras la mitad del grupo se dirige a ver una proyección audiovisual el resto se disputa los juegos de la sala. "Parece magia", dice María, de 12 años, "todas las pruebas te sorprenden". Su compañero Salvador ha descubierto la influencia de la luz en un chorro de agua: "Si la luz palpita se ve gota a gota y si es continúa se ve el chorro entero y gordo". "Es como la luz que se utiliza en las discotecas", interfiere Nacho. "Hay otra prueba en la que se ve un muelle pero cuando lo intentas tocar no puedes, no está", añade con admiración y descubre el truco: "Lo que ocurre es que el muelle está debajo y con unos espejos se refleja arriba y parece que esté donde tú lo ves". Jordi ha empezado a cantar a gritos frente a otra de las pruebas. Está experimentando la sensación que produce en una persona el leer en voz alta y escucharse al mismo tiempo a través de auriculares. El resultado es un engaño del cerebro que produce la sensación de que sus palabras llegan al oído segundos después de pronunciarlas. Agiliza la lectura pero el efecto sigue siendo el mismo. En una hora los escolares han aprendido la lección sobre el proceso de la percepción visual. "Y lo mejor es que no nos ponen deberes", se alegra María.

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