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Poblenou duplicará el número de habitantes en los próximos 10 años

Poblenou pasará en 10 años de los 23.174 habitantes que tiene ahora a una población de más de 50.000 personas, según afirmó ayer Joan Maria Soler, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio. El dato, resultado del análisis de las promociones de 12.715 viviendas construidas y proyectadas en el barrio, fue aportado en la jornada sobre el futuro de la zona industrial, organizado por el distrito de Sant Martí.

Nadie quiere hacer tabla rasa del barrio. Quienes intervinieron en la jornada, desde el periodista Josep Maria Huertas, que la abrió, hasta el alcalde Joan Clos, que la clausuró, insistieron en la necesidad de que la reforma del barrio mantenga un nexo con su pasado industrial y residencial. Pero ese futuro no es sólo un asunto de los vecinos, ni siquiera de Barcelona: Poblenou se configura como el futuro parque tecnológico de Cataluña y su reforma debe implicar a sus residentes y al propio Gobierno catalán. La mezcla de ciudad que se pretende en las 120 hectáreas disponibles tiene que combinar la zona residencial con las oficinas que crean tejido ciudadano. Y, al respecto, el comisionado del alcalde para Urbanismo, Josep Anton Acebillo, reclamó del Gobierno catalán que sitúe un departamento en la nueva Diagonal. El Ayuntamiento construirá un edificio emblemático, aseguró. Acebillo recordó que el norte de Barcelona forma una unidad en el que la Sagrera es clave. Borja Carreras-Moysi, gerente del área de Urbanismo, explicó que el diseño que se está haciendo del Poblenou trata de salvar la configuración de calles y callejones, incluso de pasajes que forman el barrio. Se puede, aseguró, rediseñar unidades que mantengan la cuadrícula del ensanche de Cerdà sin sacrificar los pequeños pasajes que permiten una mayor conectividad. El proyecto de reforma está tan avanzado que irá al próximo pleno. Carreras-Moysi insistió en que la ciudad que crecerá en las 100 manzanas disponibles será mixta: con nuevas industrias y con una regularización de las casi 5.000 viviendas que hoy están en situación alegal y en las que viven 8.000 personas. Esta nueva zona industrial tiene que estar mejor dotada que el resto de la ciudad. Así, además de fibra óptica, se suministrará a las empresas agua fría (a dos grados) y caliente (hasta 110 grados) obtenida industrialmente, lo que permite grandes ahorros energéticos. La voz más suspicaz fue la de los vecinos. Todos sus representantes y los que asistieron como público insistieron en la necesidad de evitar que se produzcan movimientos especulativos que desnaturalicen el barrio.

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