Siete años sin respuestas

¿Se hará justicia? Y ¿Por qué la Justicia es tan lenta? Son dos de los interrogantes con los que la comisión de afectados por el síndrome Ardystil afronta la espera de un juicio oral. Hoy, domingo 14 de febrero, se cumplen siete años del fallecimiento de la primera de las seis víctimas del caso Ardystil, aún por esclarecer en los tribunales. Por esta causa se abrieron en 1992 diligencias por un delito de imprudencia contra la seguridad en el trabajo tras el fallecimiento de seis empleados del sector de la aerografía textil en Cocentaina y Alcoy. El proceso se encuentra ahora en la recta final del periodo de instrucción a falta del auto de petición de apertura de juicio oral, que ha de firmar el juez José Francisco Bernal. Para ello el instructor dispone ya de los escritos de calificación de las acusaciones personadas en el caso y la del fiscal, Ricard Cabedo. Entre todas, achacan el origen de la mortal enfermedad a tres grupos diferentes de imputados. En primer lugar coinciden en la petición de condena penal de los titulares y encargados de las aerografías en las que supuestamente se desarrolló el síndrome. Estas son Ardystil, Aeroman, SL, Aerotex, Aeroreig, Aeroalcoy, SL, Aerobrix, Francisco Miquel Laborel y Boncolor, SA. También solicitan penas de hasta dos años para el inspector de Trabajo Alfredo Ortolá, por un delito de imprudencia al no promover la adopción de medidas correctoras en cuanto a la seguridad e higiene en el trabajo en las aerografías donde se produjeron víctimas. En esta petición no coincide Ricard Cabedo, fiscal del caso. Cabedo descartó en su escrito de acusación la responsabilidad civil del Estado, aunque introdujo la responsabilidad civil de las firmas Bayer, Solvay e ICI, fabricantes de los productos químicos utilizados en las aerografías. Con todo esto sobre la mesa, el juez instructor confía en incluir estos días su auto de petición de apertura del juicio oral de este proceso que calificó como "muy amplio y complicado" por el número de actores a los que se les atribuye otra u otra responsabilidad en el caso. La tarea viene dificultada por la falta de esclarecimiento de la gran incógnita del caso, que no es otra que el agente causal del síndrome Ardystil. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (Niosh), que a instancias de la Generalitat valenciana inició una investigación al respecto, no ha logrado descifrar qué fue lo que motivó las muertes por fibrosis pulmonar de Isabel Miró, de 28 años; Yovana González, de 18 años; Soraya González, de 20 años; Milagros Lucas; Josefa Parra, de 51 años, y Andrés Méndez, de 50 años, y dejó afecciones pulmonares y secuelas neurológicas en un centenar de jóvenes más. Esto ha desesperado aún más el colectivo de afectados, que asegura desconocer de manera oficial el resultado de estas investigaciones.