Un diputado del PNV llama antivascos a los árbitros de fútbol

Carlos Caballero, diputado del PNV en el Congreso, ha criticado la "actitud antivasca de los árbitros españoles" de fútbol y ha sugerido la posibilidad de exigir colegiados "comunitarios neutrales". En un artículo que publicó ayer en el diario Deia, Caballero asegura que durante la actual temporada "las equivocaciones y errores arbitrales que están soportando los tres equipos vascos de Primera División están alcanzando cotas increíbles y que difícilmente pueden resultar explicables desde la perspectiva y visión del bajo nivel técnico del mundo arbitral español". Afirma que no es casualidad que esta actitud arbitral "se produzca en unos meses en que los medios de comunicación españoles están inmersos en una furibunda campaña de defensa de los principios más jacobinos del nacionalismo español, con ribetes del más tradicional imperialismo, y como consecuencia en contra del nacionalismo vasco". Cuento polémico "Los árbitros, que al fin y al cabo son personas normales", justifica Caballero, "no pueden sustraerse a la influencia de los medios de comunicación y parece que, consciente o inconscientemente, están reflejando en sus actuaciones en los terrenos de juego esa influencia y sentimiento antivasco que gran parte de los medios de comunicación españoles están generando". Por eso, y en el marco de la libertad de movimiento de la Unión Europea, Caballero se pregunta: " ¿No habrá llegado el momento de que esa libertad de movimientos dentro de la UE afectase también a los árbitros, de manera que los dos [sic] equipos vascos pudiesen exigir también árbitros comunitarios neutrales cuando se enfrenten a equipos españoles?". Carlos Caballero, diputado del PNV por Alava, publicó el año pasado un polémico cuento en el que narraba que en la Edad Media llegó a un pueblo, "que alguien dice que fue Ermua", una oleada de ratas procedentes de Hispania y que como las autoridades no tomaron medidas acabaron por comerse a todo el pueblo. El diputado nacionalista, tras la polémica generada por su cuento, señaló que con él había pretendido "denunciar el movimiento que se está desarrollando en contra de la nacionalismo vasco", y negó que fuera un ataque a los inmigrantes en Euskadi.