Negocio descendente
La clave del comportamiento de los mercados de valores en las últimas semanas, con resultados medianamente positivos en un ambiente difícil, está en ajustar la actividad a plazos muy cortos, lo que permite a todas las bolsas actuar al unísono y con un margen de errores mínimo.
Las expectativas que barajan los ana listas sobre el IPC de enero, entre 0,3 y 0,5 puntos, deberían preocupar a los inversores, puesto que aumentaría el margen, ya abultado, de España con el resto de los países de la UE y provocaría serios problemas en el supuesto de que el BCE se viera obligado a recortar sus tipos de interés a finales de marzo, como apuntan algunas previsiones. Pero lejos de preocuparse por los asuntos domésticos, los inversores se han dedicado a seguir las evoluciones de Wall Street, lo que ha aumentado la ya alta volatilidad de la sesión.
El seguimiento al segundo de la actividad de otros mercados exige medios que dejan fuera de juego a la mayoría de los inversores particulares y el volumen con tratado se resiente. El mercado continuo registró ayer la cifra de contratación más baja del año, 707,59 millones de euros, 117.733 millones de pesetas.
Para algunos observadores, la caída del nivel del negocio indica que una mayoría de inversores considera que la situación es muy delicada y que no vale la pena correr riesgos, es decir, que los precios están relativamente altos para las oportunidades que ofrece el mercado.
Wall Street dejó atrás la indecisión de la apertura y al final de la sesión registraba fuertes ganancias. El índice Dow Jones, tras varios días sucesivos de caída, cerró en 9.363,46 puntos tras anotar un avance de 186,15, equivalentes al 2,03%.
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