El beneficio neto de la petrolera Shell cayó un 95,5% en 1998
La compañía petrolera anglo-holandesa Shell sufrió un duro revés económico el año pasado. Sus beneficios netos se redujeron a 320 millones de euros (53.243 millones de pesetas), lo que supone una espectacular caída del 95,5% respecto a los obtenidos el ejercicio anterior. El resultado de explotación descendió un 80,5%, mientras que el volumen de ventas disminuyó el 19%.
La empresa atribuye los malos resultados al bajo precio del petróleo, al impacto de la crisis económica asiática en los beneficios de sus actividades químicas y a los costes de la reorganización emprendida el año pasado.La unión de estos factores se dejó sentir con especial dureza el último trimestre de 1998. Mark Moddy-Stuart, el copresidente inglés de la compañía, reconoció ayer, durante la presentación de los resultados, que Shell "está pasando por uno de los mayores desafíos de toda su historia".
En el mes de diciembre anunció la mayor reestructuración de sus 100 años de existencia, para poder hacer frente a la competencia cada vez más fuerte de Exxon, fusionada con Mobil y British Petroleum, ahora unida a Amoco.
La empresa anglo-holandesa anunció planes que incluyen la venta del 40% de sus actividades químicas en el mundo y el cierre de las oficinas centrales de Holanda, Francia, Alemania e Inglaterra. Con estas medidas, que se traducirán en la pérdida de 4.000 puestos de trabajo a lo largo de este año, la empresa ha calculado que reducirá sus costes 136 millones de euros (22.628 millones de pesetas) en el año 2000.
La dirección de la empresa trató de buscar ayer el lado positivo a la situación asegurando que "lo peor ha pasado ya". "Esta situación cambiará cuando se pongan en práctica todas las medidas anunciadas", dijo el copresidente holandés de la sociedad, Maarten van den Bergh, que prometió a los accionistas recuperar su posición.
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