El Madrid arrasa en el perímetro
El Fuenlabrada se rompe en los primeros minutos
"¿Crisis? ¿Qué crisis?", dijo Luyk. El técnico madridista sacó pecho y lanzó miradas desafiantes, al terminar el partido. Y es que ayer no hubo rastros de daños morales en el Madrid -tras su desastre europeo- que pasó por encima del Fuenlabrada. Sin sofocos, cerró el perímetro propio a fuerza de la zona Luyk y contragolpeó. Reboteando con Tanoka y Struelens, matando con Herreros y Angulo, imponiéndose en el perímetro, bastaron los diez minutos iniciales para que el Madrid pasara de la crisis en la que cayó durante la Copa del Rey al liderato solitario en la ACB. En el camino dejó una víctima: el Fuenlabrada, superado por 22 puntos de diferencia en lo que fue su peor derrota de la temporada. Tanoka Beard se lo tomó como algo personal. El norteamericano amaneció más motivado que en las últimas semanas. Lo robó todo. En sintonía con Struelens, advirtió una fisura -una autovía, más bien- en la defensa del Fuenlabrada, y se dedicó a pescar rebotes ofensivos. Hill y Huffman se quedaron con cara de póker, contra los sobacos de los dos pívots madridistas, y para colmo, bajo su tablero. El Madrid se metió en tromba en el perímetro del Fuenlabrada. Y ahí, en el arranque, ganó el partido.Tanoka encestaba. Herreros encestaba. Struelens encestaba. El Madrid se aseguró una ventaja de puntos sideral en cuestión de minutos. Mientras tanto, el estandarte del Fuenlabrada, Perasovic, se llenaba de dudas. El croata falló su primer intento de triple, perdió confianza y se desvaneció. Su defensa no hizo mucho más. Despistados andaban Ferrán y Huffman. Fue un momento de descuido -entre el minuto tres (8-8) y el nueve (10-27)-, y el Fuenlabrada recibió una andanada. El Madrid machacó. La ventaja le bastó para parapetarse en una posición segura, y dominar el partido con ese aire displicente que lo caracteriza. Incluso se dio el lujo de desordenarse un poco y dejar pasar la mañana con calma. Salvo Tanoka, que andaba encendido, y en su empeño tuvo el premio de máximo anotador, con 25 puntos.
FUENLABRADA 79
REAL MADRID 101Fuenlabrada: Ferrán López (8), Perasovic (15), Cazorla (2), Hill (4), Huffman (13) -cinco inicial-; Brabender (7), Martrín (7), Guardia (14), González (6) y Quintana (3). Real Madrid: Lasa (4), Angulo (14), Herreros (17), Beard (25), Struelens (18), -cinco inicial-; Santos (5), Martin (12), Iturbe (0), Victoriano (3), Bueno y Luyk (3). Árbitros: Betancor, Bultó y Martínez. Excluyeron por personales a Cazorla (m.31). Encuentro disputado en el Pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada (Madrid) ante unos 5.000 espectadores.
Los locales no estuvieron a la altura de su reputación en esta Liga. El equipo de Óscar Quintana no tuvo la contundencia con la que doblegó al TAU en el mismo escenario. Tampoco aparecieron sus figuras hasta que ya era demasiado tarde. Ferrán cometió errores de aficionado (un lanzamiento de dos que se le fue por debajo del tablero, por ejemplo), Hill perdió la concentración, y Perasovic la puntería. Por no hablar de la capacidad reboteadora, anulada por la superioridad física de Tanoka, Struelens y Martin.
Tuvo el duelo más cariz de paseo dominguero -del Madrid- que otra cosa. Luyk sacó a todo su banquillo cuando se imponían por 28 puntos. Fue hacia el final cuando los cinco hombres de blanco en el parqué fueron suplentes. Con Victoriano de base, un poco díscolo en los marcajes pero brillante en ataque -se lució con un mate para la grada-, y con Martin imponiendo el ritmo en defensa. El Madrid perdió diez puntos pero ya daba igual.
El partido no tuvo consecuencias a partir del minuto nueve. Y tras el descanso, mucho menos: Perasovic, Cazorla y el más certero reboteador del Fuenlabrada, Huffman, se marcharon al vestuario con tres personales. El polideportivo Fernando Martín se cargó de una atmósfera de patio de colegio. Y en ese clima y a fuerza de defensa en zona, según Luyk, la crisis del Madrid se terminó.
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