El sur también existe

E l reciente conflicto pesquero con Gibraltar ha vuelto a poner en evidencia la importancia del sur en todo aquello que se refiera a estrategia política o a la defensa de nuestros intereses nacionales frente a terceros países. La diplomacia española quedó desbordada por su falta de respuesta y recurrió, en este caso, a lo fácil, como fue el incremento de los controles policiales en la verja fronteriza, en vez de preservar a los pescadores con ayudas económicas y otras medidas para así afrontar con más garantías la "larga batalla" que se iniciaba, según palabras del ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, contra Gran Bretaña. El camino abierto en la Bahía de Algeciras puede que dé pistas claras a otros para resolver sus asuntos de una forma más directa y ante una torpe política exterior española. En pocos meses Andalucía tiene ante sí una difícil papeleta, como es la conclusión de la negociación del nuevo tratado de pesca con Marruecos. El presidente de la Junta, Manuel Chaves, consciente de la que se nos puede venir encima a corto plazo, ya ha comenzado a trabajar en la creación, al menos, de un mejor clima con el vecino país, circunstancia ésta que puede facilitar un mayor entendimiento y colaboración. En este marco se puede inscribir la celebración el martes de la reunión del Patronato de las Tres Culturas, por primera vez, en el pabellón de Marruecos, en Sevilla. Una cita a la que acudirá André Aouzulay, destacado mandatario marroquí y uno de los más cercanos colaboradores del rey Hassan II. Su amistad con Chaves debe aprovecharse para remover todos los obstáculos que se presentan para la renovación del acuerdo pesquero del que dependen miles de andaluces. Al mismo tiempo, se espera que este encuentro sirva para preparar una posterior visita del jefe del Ejecutivo andaluz a Marruecos, ya para el próximo mes de marzo. Diplomacia Pero la diplomacia española, el Gobierno central, debe además permanecer atento y actuar con un mejor resultado en dos asuntos que cobran cada día mayor gravedad y también radicados aquí en el sur. Por un lado, el cada vez más inquietante problema de los inmigrantes hacinados en el campamento de la Cruz Rojo en Calamocarro, en Ceuta, así como el despliegue de Jesús Gil tanto en esta comunidad como en Melilla y Campo de Gibraltar. El alcalde marbellí parece dispuesto a reconducir su política urbanística pero mantiene intactos sus proyectos de penetración para las plazas norteafricanas, para mayor preocupación de todos. No dejan de ser cuestiones de "alta política" que se entrecruzan esta semana con otras ya más cotidianas pero no por ello menos importantes. Por tercera vez consecutiva, el pleno del Parlamento andaluz aprobará la presentación de un recurso de inconstitucionalidad contra la asignación prevista para Andalucía en los Presupuestos Generales del Estado, al no tenerse en cuenta el censo real de población de la comunidad. A esta reivindicación sin duda que se referirá el nuevo ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, que el jueves volverá a esta comunidad para asistir a la proclamación de candidatos del Partido Popular en las próximas elecciones municipales. Pimentel sigue la senda de Javier Arenas. Esto es críticas diversas a la Junta de Andalucía, entre otras por su política de mejora de las pensiones más desfavorables. Material que servirá, a pesar de todo, para calentar aún más el ambiente de cara a ese gran acto público previsto para el día 20 por parte del PSOE andaluz y que pretenden convertirlo en una nueva llamada de atención a la Administración Central. Igualmente, habrá novedades sobre el informe Ataujia sobre la estrategia de la Caja General de Ahorros de Granada. Un episodio que vuelve a poner de manifiesto la habilidad de Julio Rodríguez para complicarse la vida. ANTONIO YÉLAMO