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La juez inculpa a 20 miembros del grupo ultra Bastión en el caso de la muerte de Aitor Zabaleta

Veinte supuestos miembros del grupo radical Bastión, grupúsculo del Frente Atlético, figuran imputados en las diligencias que instruye la juez Rosario Esteban por la muerte del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta. Entre los inculpados está Ricardo Guerra Cuadrado, al que se atribuye la mortal cuchillada en el corazón que segó la vida de Aitor poco antes del partido de fútbol que enfrentó el 8 de diciembre al Atlético de Madrid con la Real Sociedad en el Vicente Calderón. El secreto que pesaba sobre el sumario fue levantado ayer por la juez.

Guerra, supuesto autor de la mortal cuchillada, es el único que permanece en prisión. Fuentes de las partes indicaron ayer a EL PAÍS que de los 20 imputados tres se encuentran en libertad bajo fianza de 200.000 pesetas -Juan Ignacio Calderón, apodado Nacho el Loco, Ignacio Racionero e Israel G.F.C.-. Según las pesquisas, algunos miembros del grupo Bastión convinieron en dar una paliza a seguidores de la Real Sociedad después de que el autobús en el que se habían desplazado a San Sebastián para el partido de ida fuese apedreado al salir de la ciudad. El sumario revela además que Ricardo Guerra y Nacho el Loco son algunos de los miembros de Bastión que, antes del partido de vuelta, en Madrid, se reunieron en el centro de la capital para localizar aficionados de la Real Sociedad y darles un escarmiento.

Algunos aficionados donostiarras que han declarado como testigos han señalado a la juez que al llegar a Madrid se detuvieron en un primer momento en el bar El Parador, y que allí comenzó una primera riña con miembros de Bastión. Afirman que huyeron del local y que, al ver que eran perseguidos, pidieron ayuda a un policía municipal, que les emplazó a correr hacia al estadio y pedir ayuda a los efectivos de la policía nacional. Verónica Olivares, novia de Aitor, ha asegurado que corrió junto a su novio hacia el estadio perseguida por seguidores del Atlético. Y que al llegar allí pidió a un portero que les dejase entrar porque les seguían y le iban a matar. Entonces se giró hacia Aitor y vio que éste tenía ya una mano en el costado, de donde le salía sangre, pero que no vio al agresor. La navaja hallada en el lugar de los hechos es la utilizada para el crimen, según el sumario.

Fuentes judiciales han indicado a este periódico que las imputaciones que hasta el momento pesan sobre Guerra no son lo suficientemente sólidas como para mantenerlas en un juicio. Entre otras cosas, porque la novia de Aitor, la persona que más cerca estuvo ese día de la víctima, no ha logrado identificar al agresor. No obstante, hay un testimonio que, aunque vago, señala a Guerra como autor de la cuchillada, y además existen conversaciones telefónicas que también le inculpan. El autor de ese testimonio está bajo protección policial.

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