Méritos
DE PASADAEl alcalde del PP de Gójar (Granada), Francisco Javier Maldonado, quiso cobrar un complemento salarial al cumplir tres años en el cargo. Maldonado pretendía las mismas prerrogativas que los funcionarios por oposición -el cobro del trienio-, como si los resultados de las elecciones los dictaminara un jurado a la vista de las pruebas rendidas por los examinandos de las distintas formaciones políticas y las plazas fueran fijas. Tanto el PP como el PSOE tienen en los pueblos andaluces alcaldes que si cobraran la retribución de antigüedad duplicarían su sueldo. Pero como disimulan su apego al cargo y no exigen retribuciones extraordinarias, su afán pasa desapercibido. El de Gójar, sin embargo, no pudo resistir la tentación del trienio o, lo que es lo mismo, el brutal magnetismo del sillón de mando, y exigió un premio a la veteranía. Sería curioso que en las elecciones municipales de junio ciertos candidatos revelaran sus trienios; de esta forma los votantes conoceríamos la nómina de alcaldes de plantilla, ésos que por su constancia ya no son políticos sino alcaldes técnicos de grado superior honoris causa. En este sentido, el alcalde Maldonado, y su concejal de Urbanismo, María Cárdenas, han sido unos tipos honrados y han incorporado a sus nóminas, antes que el pudor los venciera, sus méritos profesionales. A los meritorios anales de las finanzas de Granada se ha incorporado definitivamente el apellido Parralejo que, curiosamente, tanto los presidentes de la Caja General, Julio Rodríguez, como el del PP, Juan de Dios Martínez Soriano, pronunciaron con suavidad ("Paralejo"), como si fuera una cuestión de lejanía o si los efectos de su controvertido informe -en el que se instruye a los directivos de la entidad sobre cómo deben comportarse para que el PSOE gane las elecciones en Granada- fueran muy duraderos. ¿Cómo se puede redactar un informe sumamente confidencial sin la solicitud previa del cliente y enviarlo a una persona que no es ninguna de las tres que deben manejarlo en exclusiva? Así, el informe secreto ha devenido en un secreto a voces, como aquel policía secreta destinado en Motril que era tan popular que salió retratado en un periódico el día de su boda con una leyenda semejante a ésta: "Ayer contrajo matrimonio el conocido policía secreta Fulano de Tal". ¡Un pie de foto digno de un borrador de Parralejo! ALEJANDRO V. GARCÍA
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