El Valladolid acabó con ocho y pidiendo la hora

El Valladolid y el Extremadura se llevaron un empate en un partido en el que cualquiera de los dos podría haberse llevado los tres puntos. Con el pitido inicial de Brito Arceo, el choque estallo en una explosión de ocasiones de gol, intervenciones magistrales de los porteros y expulsiones. El Extremadura salió al campo con la convicción que da la necesidad. En tres minutos había lanzado un balón a la escuadra, provocado un penalti y expulsado a un contrario. El saldo era excelente pero había que sacar fruto y en ese momento empezó el recital de César Sánchez. Paró el penalti realizado por García Calvo y lanzado por Juanito y consiguió que la euforia cambiase de bando.

El partido se veía abocado a un cambio de rumbo pero lo que había ocurrido en sólo tres minutos habría de marcar toda la primera mitad. El Extremadura siguió en sus trece, se cerró con suficiencia y lo fió todo a que Dure se buscase el contragolpe. El dominio del Valladolid creció en la segunda mitad en progresión geométrica.

El Valladolid se convertía por momentos en una máquina de crear ocasiones de gol pero la mala puntería fue haciendo emerger el cansancio y el Extremadura estuvo apunto de llevarse el partido de calle. El Valladolid terminó jugando con ocho y pidiendo la hora.